31/10/2017, 12:40
No había manera que pudiera perder. De alguna manera, el piedra-papel-tijeras siempre se le había dado bien. Y Kōri podía dar buena fe de ello. En más de una ocasión se había librado del primer turno de hacer las tareas de la casa gracias a aquella extraña capacidad que tenía para ganar aquellos duelos. Y ella lo sabía. Y sabía aprovecharse de ello cuando le convenía.
La piedra ganó a las tijeras.
Y así, feliz como una perdiz, Ayame se vio libre de vestirse con aquel ridículo traje.
—¡Los nuevos bollitos de la Pastelería de Kiroe-chan! —anunciaba Daruu bajo la lluvia, agitando la campanita en el aire y haciéndola tintinear. Por un momento, cualquiera podría pensar que Kōri se había transformado en el Hyuga. Su tono de voz era incluso más desangelado que el que tenía El Hielo de normal, y sus ojos perlados, como los de un reo condenado a morir, se perdían en un horizonte inexistente—. ¡Rebajados a la mitad! ¡Pruebe los bollitos de vainilla y calabaza para las festividades de Viento Gris! ¡Pruebe y maravíllese!
—Así no vamos a atraer ni a las moscas, Daruu-kun... —comentó Ayame, apoyando sendos antebrazos en el carrito—. ¡Tienes que decirlo con más energía! ¡Sonríe! ¡Tienes que ser un bollito feliz!
La piedra ganó a las tijeras.
Y así, feliz como una perdiz, Ayame se vio libre de vestirse con aquel ridículo traje.
—¡Los nuevos bollitos de la Pastelería de Kiroe-chan! —anunciaba Daruu bajo la lluvia, agitando la campanita en el aire y haciéndola tintinear. Por un momento, cualquiera podría pensar que Kōri se había transformado en el Hyuga. Su tono de voz era incluso más desangelado que el que tenía El Hielo de normal, y sus ojos perlados, como los de un reo condenado a morir, se perdían en un horizonte inexistente—. ¡Rebajados a la mitad! ¡Pruebe los bollitos de vainilla y calabaza para las festividades de Viento Gris! ¡Pruebe y maravíllese!
—Así no vamos a atraer ni a las moscas, Daruu-kun... —comentó Ayame, apoyando sendos antebrazos en el carrito—. ¡Tienes que decirlo con más energía! ¡Sonríe! ¡Tienes que ser un bollito feliz!