27/11/2017, 23:15
Las venas en torno a los ojos de Daruu se hincharon y su visión, esta vez, penetró más allá de lo impenetrable, como se esperaba de un Hyūga. Vio a través de a través de las cosas y viajó mucho más allá, y lo que vio fue numeroso y nada agradable, de modo que lo describiremos con la debida paciencia, la misma que se tuvo que tomar antes de responder a las exigentes expectativas de Zetsuo, porque además de verlas tuvo que pensar sobre ellas.
Quizás en lugar de describirlas, por qué no, continuemos con lo que él mismo contestó después de ordenar a toda velocidad las imágenes:
—Voy a intentar ser breve, entenderéis por qué. Ya teníamos, pero ahora tenemos prisa. Empezaré por lo más importante, pero por favor, ruego que esperéis a que termine por que no hay nada que no lo sea —advirtió Daruu, tragando saliva. Intentó aplicarse todo lo que estaba aprendiendo de Kōri y Zetsuo hasta el momento. Fue difícil, es más, todos notaron cómo temblaba, y como su voz lo hacía al mismo son, pero aún así se impulsó sobre la adrenalina y trató de empujar hacia abajo como lo hacían las aguas de un río, con ímpetu, sin parar—: El camino del centro se abre a una sala grande con una cascada que cae a un piso inferior. Abajo hay un tipo corpulento y muy alto que se lleva a Ayame hacia el fondo de la cueva, y hasta ahí llego. —Tragó saliva—. Ayame va por su propio pie. No se la llevan a la fuerza, se la llevan de... la mano. —Empujó los pensamientos a un lado y se limitó a recitar como una máquina—. Ahora los lados. El camino de la izquierda no nos interesa —zanjó, pragmático, sin dar más detalle—. En el de la derecha hay una persona leyendo libros, distraída. Los libros son sobre técnicas de sellado. Hay libros sobre bijū. Hay una camilla con correas y varias cosas más que no sé qué son. Lo que sí sé es que quizás están engañando a Ayame y que quieren extraer al Gobi. —Sin ningún tipo de precaución. Se limitaba a informar de lo importante. De lo verdaderamente importante. Si a Ayame le quitaban el bijū, quién sabe lo que le pasaría a ella—. Al fondo del pasillo, casi al final, hay una sala inundada por un palmo de agua. Mogura está luchando contra un ninja con el pelo marrón. Parece estar en apuros.
Volvió al cruce de caminos como si apagase el zoom de una cámara. Cerró un momento los párpados y respiró hondo varias veces.
—¿Qué hacemos, Zetsuo...?
Quizás en lugar de describirlas, por qué no, continuemos con lo que él mismo contestó después de ordenar a toda velocidad las imágenes:
—Voy a intentar ser breve, entenderéis por qué. Ya teníamos, pero ahora tenemos prisa. Empezaré por lo más importante, pero por favor, ruego que esperéis a que termine por que no hay nada que no lo sea —advirtió Daruu, tragando saliva. Intentó aplicarse todo lo que estaba aprendiendo de Kōri y Zetsuo hasta el momento. Fue difícil, es más, todos notaron cómo temblaba, y como su voz lo hacía al mismo son, pero aún así se impulsó sobre la adrenalina y trató de empujar hacia abajo como lo hacían las aguas de un río, con ímpetu, sin parar—: El camino del centro se abre a una sala grande con una cascada que cae a un piso inferior. Abajo hay un tipo corpulento y muy alto que se lleva a Ayame hacia el fondo de la cueva, y hasta ahí llego. —Tragó saliva—. Ayame va por su propio pie. No se la llevan a la fuerza, se la llevan de... la mano. —Empujó los pensamientos a un lado y se limitó a recitar como una máquina—. Ahora los lados. El camino de la izquierda no nos interesa —zanjó, pragmático, sin dar más detalle—. En el de la derecha hay una persona leyendo libros, distraída. Los libros son sobre técnicas de sellado. Hay libros sobre bijū. Hay una camilla con correas y varias cosas más que no sé qué son. Lo que sí sé es que quizás están engañando a Ayame y que quieren extraer al Gobi. —Sin ningún tipo de precaución. Se limitaba a informar de lo importante. De lo verdaderamente importante. Si a Ayame le quitaban el bijū, quién sabe lo que le pasaría a ella—. Al fondo del pasillo, casi al final, hay una sala inundada por un palmo de agua. Mogura está luchando contra un ninja con el pelo marrón. Parece estar en apuros.
Volvió al cruce de caminos como si apagase el zoom de una cámara. Cerró un momento los párpados y respiró hondo varias veces.
—¿Qué hacemos, Zetsuo...?
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)