10/12/2017, 02:32
Kiroe continuaba el camino junto a Mogura, que ya empezaba a encontrarse mejor. El médico llamó su atención, y tras señalar que el lugar parecía ser la base de los Kajitsu Hōzuki, sugirió que tal vez deberían esperar un mayor número de enemigos.
—Sinceramente, no creo que hayan muchos más —contestó ella, con un rostro sombrío, muy alejado de lo jovial que había parecido antes—. Es una organización clandestina, que hasta hace poco estaba integrada dentro de la propia Amegakure.
»Los Kajitsu son un grupo minoritario de Hōzuki, supremacistas. En la aldea, no hay tantos miembros del clan. Tanto Arashikage-sama como Shanise-senpai son parte de él, también. Ellas dos tendrán familia. También miembros del clan. Si montas una organización clandestina de ninjas de Hōzuki, realmente te interesa que sean pocos hombres, y de confianza. Porque a medida que el número crece, mayor probabilidad hay de que se cuele un doble agente. Créeme, sé de lo que estoy hablando. —Sonrió con orgullo un instante, pero enseguida, la mueca desapareció. Estaba preocupada por los del pasillo central. Hacía un rato que Zetsuo no había contactado por el transmisor, y temía hacerlo ella en el peor momento, y distraerlo—. Karoi-san estaba infiltrado hasta hace poco dentro de ellos, y eso siendo pocos.
Finalmente, el hechizo se había roto. No sólo eso, sino que al final, en la desgracia, la familia había vuelto a unirse del todo. Daruu suspiró, desactivó su dōjutsu, y dejó caer a su cuerpo de espaldas sobre el agua, dejando de concentrar el chakra en las plantas de los pies.
—Todo ha acabado —se dijo, al fin.
«A partir de ahora, tengo que trabajar para que nunca vuelva a pasar algo así. Tengo que cuidar de Ayame, de mamá... De Mogura, de Kaido, de Kori-sensei... ¡de todos!»
Suspiró, lentamente.
«¡Tengo que ser un escudo para aquellos a los que quiero! ¡Esa es la clase de ninja que quiero ser!»
Donde había habido una herida, ahora sólo había una simple magulladura. Zetsuo dejó de hacer que sus manos brillaran con aquél verde esmeralda reconfortante, y se entregó a reconfortarse a sí mismo abrazando a su hija con todas sus fuerzas.
—No vuelvas a irte, Ayame —dijo—. Nunca más.
»Déjame enseñarte más sobre el Genjutsu cuando vuelvas a casa.
—Sinceramente, no creo que hayan muchos más —contestó ella, con un rostro sombrío, muy alejado de lo jovial que había parecido antes—. Es una organización clandestina, que hasta hace poco estaba integrada dentro de la propia Amegakure.
»Los Kajitsu son un grupo minoritario de Hōzuki, supremacistas. En la aldea, no hay tantos miembros del clan. Tanto Arashikage-sama como Shanise-senpai son parte de él, también. Ellas dos tendrán familia. También miembros del clan. Si montas una organización clandestina de ninjas de Hōzuki, realmente te interesa que sean pocos hombres, y de confianza. Porque a medida que el número crece, mayor probabilidad hay de que se cuele un doble agente. Créeme, sé de lo que estoy hablando. —Sonrió con orgullo un instante, pero enseguida, la mueca desapareció. Estaba preocupada por los del pasillo central. Hacía un rato que Zetsuo no había contactado por el transmisor, y temía hacerlo ella en el peor momento, y distraerlo—. Karoi-san estaba infiltrado hasta hace poco dentro de ellos, y eso siendo pocos.
· · ·
Finalmente, el hechizo se había roto. No sólo eso, sino que al final, en la desgracia, la familia había vuelto a unirse del todo. Daruu suspiró, desactivó su dōjutsu, y dejó caer a su cuerpo de espaldas sobre el agua, dejando de concentrar el chakra en las plantas de los pies.
—Todo ha acabado —se dijo, al fin.
«A partir de ahora, tengo que trabajar para que nunca vuelva a pasar algo así. Tengo que cuidar de Ayame, de mamá... De Mogura, de Kaido, de Kori-sensei... ¡de todos!»
Suspiró, lentamente.
«¡Tengo que ser un escudo para aquellos a los que quiero! ¡Esa es la clase de ninja que quiero ser!»
Donde había habido una herida, ahora sólo había una simple magulladura. Zetsuo dejó de hacer que sus manos brillaran con aquél verde esmeralda reconfortante, y se entregó a reconfortarse a sí mismo abrazando a su hija con todas sus fuerzas.
—No vuelvas a irte, Ayame —dijo—. Nunca más.
»Déjame enseñarte más sobre el Genjutsu cuando vuelvas a casa.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)