18/12/2017, 23:38
Kiroe se apartó de Ayame y se colocó al lado de su hijo, a quien revolvió el pelo con cariño. Daruu se apartó de ella y chasqueó la lengua, molesto.
Zetsuo se acercó a la mujer, hecho una furia, y le dio un empujón con la mano que casi la arroja al suelo.
—¡Eh! —se quejó ella.
—¡Maldita estúpida imprudente! —vociferó—. No sabes lo peligroso que ha sido eso. ¿Y si te hubiéramos confundido con otro enemigo?
—Vamos, vamos, Zetsuo. No es momento de pelearse, ¿no crees? —Kiroe le guiñó el ojo y caminó hacia adelante—. Bien, ¿a dónde vamos ahora? ¿Al centro?
—Sí, hay una cascada congelada por la que podemos subir hacia el exterior —aclaró Daruu siguiéndole el paso.
Pero entonces, Ayame les detuvo con una disculpa y un agradecimiento sincero. Daruu se cruzó de brazos y la observó unos segundos, sin saber muy bien qué decir. Kaido lanzó un comentario mordaz sobre su tendencia a confundir los nombres de la gente, y Zetsuo apretó los puños, furioso, aunque era evidente que no quería que se notase.
«Sentirlo es inútil. No tendrías que haberlo hecho. Mi propia hija. Unos minutos más y yo... Maldita estúpida. ¿Qué te he hecho yo para que quieras abandonarnos?»
—Habría hecho lo que hiciera falta por mi familia. —Sin embargo, eso fue lo que dijo, cuando pasó al lado de Ayame como una flecha.
—Eh, Ayame. Yo también tengo uno. —Daruu se había acercado a ella y le había puesto la mano en el hombro. La otra señalaba la magulladura restante del agujero de bala de Mohōshō.
El grupo camino hacia el centro, y uno a uno, fueron abriéndose camino a través del improvisado túnel glacial, con cuidado, claro, de no caer hasta abajo.
Zetsuo se acercó a la mujer, hecho una furia, y le dio un empujón con la mano que casi la arroja al suelo.
—¡Eh! —se quejó ella.
—¡Maldita estúpida imprudente! —vociferó—. No sabes lo peligroso que ha sido eso. ¿Y si te hubiéramos confundido con otro enemigo?
—Vamos, vamos, Zetsuo. No es momento de pelearse, ¿no crees? —Kiroe le guiñó el ojo y caminó hacia adelante—. Bien, ¿a dónde vamos ahora? ¿Al centro?
—Sí, hay una cascada congelada por la que podemos subir hacia el exterior —aclaró Daruu siguiéndole el paso.
Pero entonces, Ayame les detuvo con una disculpa y un agradecimiento sincero. Daruu se cruzó de brazos y la observó unos segundos, sin saber muy bien qué decir. Kaido lanzó un comentario mordaz sobre su tendencia a confundir los nombres de la gente, y Zetsuo apretó los puños, furioso, aunque era evidente que no quería que se notase.
«Sentirlo es inútil. No tendrías que haberlo hecho. Mi propia hija. Unos minutos más y yo... Maldita estúpida. ¿Qué te he hecho yo para que quieras abandonarnos?»
—Habría hecho lo que hiciera falta por mi familia. —Sin embargo, eso fue lo que dijo, cuando pasó al lado de Ayame como una flecha.
—Eh, Ayame. Yo también tengo uno. —Daruu se había acercado a ella y le había puesto la mano en el hombro. La otra señalaba la magulladura restante del agujero de bala de Mohōshō.
El grupo camino hacia el centro, y uno a uno, fueron abriéndose camino a través del improvisado túnel glacial, con cuidado, claro, de no caer hasta abajo.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)