13/05/2018, 12:07
(Última modificación: 13/05/2018, 12:13 por Uzumaki Eri.)
El Ahorcado ensanchó su diabólica sonrisa al escuchar las deliciosas palabras de Reiji, deliciosas porque le transmitieron esa dulzura que necesitaba, sí, la desesperación, pero no una desesperación por su vida, no, por la de otro, eso sí que era un acto de altruismo puro y duro, teniendo en cuenta que...
—¿De qué me vale tu vida, si has desperdiciado desde el primer momento la de tus compañeros? —mencionó el hombre, llevándose una de sus sucias manos al mentón, pensativo, aunque no necesitase pensar nada.
El Falso Jin le dedicó una mirada de soslayo, vacilante. Parecía no creerse lo que acababa de suceder.
—Bueno, bueno, veamos...
El hombre se paseó por su sitio, y decidió acercarse lentamente a Reiji, ojeándole de arriba a abajo. Le echó una mirada suspicaz a todos sus compañeros, incluido al chico que acababa de reprocharle que juntasen las piezas y saliesen de allí. Sin duda era lo más lógico, pero, ¿a quién le gustaban las cosas lógicas? Desde luego, eso era muy aburrido.
—Verás —empezó, balanceando su cabeza lentamente—, no soy un hombre justo, porque la vida no lo fue conmigo, así que...
Sin previo aviso, El Ahorcado sacó un kunai que se clavó en su pecho, obligando a Reiji a llevarse ambas manos al lugar atacado para intentar detener la hemorragia de forma inútil. Le dolía, claro que le dolía, y sentía como poco a poco perdía más fuerzas que por el maíz.
—Además, yo soy el que manda aquí, y nadie me da órdenes.
Tomó del lugar donde ocultaba la parte de su llave y se la lanzó al Falso Jin.
—Me habéis aburrido, pero ahí tenéis vuestra recompensa —musitó, levantando ambas manos a los lados de su cuerpo, señalando claramente que le daba igual —. Podéis iros, ya sabéis dónde está la puerta.
El Falso Jin miró al hombre, atónito, y luego se giró a los tres que miraban la escena.
—¡Salgamos de aquí! —parecía que su voz sonaba ansiosa, sujetando fuertemente su pieza mientras tiritaba de la emoción y del miedo que sentía—. T-tomad mi parte...
El Ahorcado se sentó al lado de Reiji mientras le miraba agonizar, y le dio dos palmaditas en la espalda.
—No te preocupes, en cuanto mueras vivirás aquí conmigo —le comentó, con una sonrisa —. Por cierto, tenéis cinco minutos para salir, si no, todos me haréis compañía por el resto de vuestras vidas...
Y sonrió, esta vez de manera mucho más tétrica, ensanchando su sonrisa más de lo normal.
![[Imagen: MsR3sea.png]](https://i.imgur.com/MsR3sea.png)
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