16/09/2018, 16:31
(Última modificación: 16/09/2018, 16:31 por Uzumaki Eri.)
—Buenos días… Eri y punto —bromeó el Uchiha.
Ella puso los ojos en blanco, ¿no era que ahora Datsue era mucho más serio? ¡Y un cuerno! Stuffy, que encima parecía pasárselo en grande ahora que iba de nuevo feliz por la vida, traía ropa interior en el morro, y ella enrrojeció de nuevo, pero no le dio tiempo a recuperarlas pues Nabi comenzó a regañarla por no evitar que un perro ninja se colase en su casa.
— Te habrás dejado una ventana abierta o algo, es un perro ninja, Eri-sama. Disculpale por estar tan alocado y despreocupado, le ha dado muy fuerte el subidón después de volver de emolandia. En un par de días estará normal.
«Yo los mato...» Pensó cuando se metió en su casa.
—Mujeres… —comentaría por lo bajo a Nabi.
—¡Te he oído! —gritó desde su habitación.
Pero tras todo aquello y de estar listos para comenzar con la misión, Datsue les pidió que esperasen, y de su bolsillo sacó algo: un pequeño estuche de color carmesí, algo similar a las cajitas donde guardan los anillos aquellos que se declaran a su pareja.
—Eri-chan… —Datsue pegó su rodilla al suelo, y ella comenzó a asustarse—. Lo he estado pensando mucho, y creo que ha llegado el momento. —«No, no, no, no puede ser, no, Datsue, para, por favor, ¿qué mierdas haces?»—. Esto es para ti. Acéptalo, por favor.
—¿No será un genjutsu guardado? ¿Alguna broma? —comenzó a cuestionar, mirándole ceñuda—. ¿Es una araña? —preguntó de nuevo, esta vez temblando por dentro, ¡qué asco!—. ¡Esto no tiene gracia, Datsue! —exclamó, malhumorada de repente. ¿A qué estaba jugando? ¡Tenían que irse de misión, no ponerse a jugar!
Ella puso los ojos en blanco, ¿no era que ahora Datsue era mucho más serio? ¡Y un cuerno! Stuffy, que encima parecía pasárselo en grande ahora que iba de nuevo feliz por la vida, traía ropa interior en el morro, y ella enrrojeció de nuevo, pero no le dio tiempo a recuperarlas pues Nabi comenzó a regañarla por no evitar que un perro ninja se colase en su casa.
— Te habrás dejado una ventana abierta o algo, es un perro ninja, Eri-sama. Disculpale por estar tan alocado y despreocupado, le ha dado muy fuerte el subidón después de volver de emolandia. En un par de días estará normal.
«Yo los mato...» Pensó cuando se metió en su casa.
—Mujeres… —comentaría por lo bajo a Nabi.
—¡Te he oído! —gritó desde su habitación.
Pero tras todo aquello y de estar listos para comenzar con la misión, Datsue les pidió que esperasen, y de su bolsillo sacó algo: un pequeño estuche de color carmesí, algo similar a las cajitas donde guardan los anillos aquellos que se declaran a su pareja.
—Eri-chan… —Datsue pegó su rodilla al suelo, y ella comenzó a asustarse—. Lo he estado pensando mucho, y creo que ha llegado el momento. —«No, no, no, no puede ser, no, Datsue, para, por favor, ¿qué mierdas haces?»—. Esto es para ti. Acéptalo, por favor.
—¿No será un genjutsu guardado? ¿Alguna broma? —comenzó a cuestionar, mirándole ceñuda—. ¿Es una araña? —preguntó de nuevo, esta vez temblando por dentro, ¡qué asco!—. ¡Esto no tiene gracia, Datsue! —exclamó, malhumorada de repente. ¿A qué estaba jugando? ¡Tenían que irse de misión, no ponerse a jugar!