7/10/2018, 21:30
—Muy bien dicho, Eri. Sí señor. Totalmente de acuerdo.
Le miró de reojo, no muy convencida, pero al cabo de unos segundos dejó entrever una pequeña sonrisa, entre satisfecha y orgullosa por su contestación.
— A sus ordenes, Eri-sama. Protocolo Perdonavidas entonces.
—Nabi, por favor, no me llames sama, de verdad, somos amigos desde hace mucho como para que me llames así —volvió a pedir, esta vez con cierto tono cansado. Se hundió bajo sus hombros y le dirigió una mirada algo lastimera, a ver si con suerte le daba algo de pena.
Todo esto sin dejar de caminar hacia su destino, por el camino que habían decidido.
Le miró de reojo, no muy convencida, pero al cabo de unos segundos dejó entrever una pequeña sonrisa, entre satisfecha y orgullosa por su contestación.
— A sus ordenes, Eri-sama. Protocolo Perdonavidas entonces.
—Nabi, por favor, no me llames sama, de verdad, somos amigos desde hace mucho como para que me llames así —volvió a pedir, esta vez con cierto tono cansado. Se hundió bajo sus hombros y le dirigió una mirada algo lastimera, a ver si con suerte le daba algo de pena.
Todo esto sin dejar de caminar hacia su destino, por el camino que habían decidido.