25/10/2018, 22:40
(Última modificación: 25/10/2018, 22:41 por Uzumaki Eri.)
—De echarme una partidilla a las cartas con él —comentó—. También hicimos un combate de entrenamiento. Nunca había visto semejante potencial en el combate cuerpo a cuerpo desde que me enfrenté a Daruu en el torneo.
Ella asintió, la verdad es que parecía que Daruu era bastante experimentado en el combate cuerpo a cuerpo y...
—Y estuvimos hablando. De esto. De lo otro. De lo buena sensei que le parecías… Y de que criticaste a mi hermano por la orden que te dio en el chūnin —remató.
Su pensamiento se bloqueó al escuchar aquello último. ¿Riko le habría dicho que estaba en desacuerdo con el rumbo que había tomado la orden de Akame hacia ella? Si bien no estaba del todo contenta con aquello, no podría culpar al chico, pues ella misma había confesado aquello frente a él.
Entornó los ojos y miró a Datsue, luego soltó un sonoro suspiro y se llevó la mano a la cabeza, apoyando ligeramente su moflete en ella.
—No lo critiqué, expuse mi opinión, que parece que a todos os gusta exponer pero que si lo hace otro ya es delito —puntualizó ella, cruzándose de brazos. El cansancio se quedaba remitido por otros sentimientos, pendientes de definir—. Sí, Datsue, no estuve de acuerdo con la orden, pero la acaté como subordinada que era de Akame, pues fue mi superior —respondió, sin acongojarse—. No me pareció la mejor elección, pero aquí estamos, y no se puede remediar.
Le desafió con la mirada, como si esperase a que la contraatacase o algo, así que se cruzó de piernas y descansó su espalda en el respaldo de la silla, preparada. Estaban en medio de una misión y sabía a lo que se exponía, pero la verdad es que sabía que tarde o temprano la tendría con Datsue, como tantas veces, pues ambos parecían bastante diferentes en lo que a la mentalidad se refería.
Ella asintió, la verdad es que parecía que Daruu era bastante experimentado en el combate cuerpo a cuerpo y...
—Y estuvimos hablando. De esto. De lo otro. De lo buena sensei que le parecías… Y de que criticaste a mi hermano por la orden que te dio en el chūnin —remató.
Su pensamiento se bloqueó al escuchar aquello último. ¿Riko le habría dicho que estaba en desacuerdo con el rumbo que había tomado la orden de Akame hacia ella? Si bien no estaba del todo contenta con aquello, no podría culpar al chico, pues ella misma había confesado aquello frente a él.
Entornó los ojos y miró a Datsue, luego soltó un sonoro suspiro y se llevó la mano a la cabeza, apoyando ligeramente su moflete en ella.
—No lo critiqué, expuse mi opinión, que parece que a todos os gusta exponer pero que si lo hace otro ya es delito —puntualizó ella, cruzándose de brazos. El cansancio se quedaba remitido por otros sentimientos, pendientes de definir—. Sí, Datsue, no estuve de acuerdo con la orden, pero la acaté como subordinada que era de Akame, pues fue mi superior —respondió, sin acongojarse—. No me pareció la mejor elección, pero aquí estamos, y no se puede remediar.
Le desafió con la mirada, como si esperase a que la contraatacase o algo, así que se cruzó de piernas y descansó su espalda en el respaldo de la silla, preparada. Estaban en medio de una misión y sabía a lo que se exponía, pero la verdad es que sabía que tarde o temprano la tendría con Datsue, como tantas veces, pues ambos parecían bastante diferentes en lo que a la mentalidad se refería.