28/10/2018, 17:15
Nabi podía tener muchas cosas, pero el tacto no era una de ellas. Por mucho que luego le echase en cara ser demasiado rudo con Eri.
—Aiko no está muerta —rebatió con fuerza, apretando los puños. Se quedó serio, perdido en la superficie del caldo de su plato. Se le habían quitado las ganas de comer. Suspiró, y su cuerpo pareció relajarse con ello—. Ven a mi habitación y te respondo… y sigo contando. Sucedieron más cosas, Nabi. Cosas gordas. —A Datsue le habían oído demasiadas veces cosas importantes como para seguir hablando de aquello en medio del bar.
Se levantó, y ni ganas tuvo de regatear el precio. Pagó lo que debía sin rechistar y se fue directo a la habitación que el posadero le indicó, tras subir por unas escaleras e internarse en un pasillo que daba acceso a, al menos, otros diez habitáculos.
La habitación era de lo más sencilla: una cama estrecha, una percha pegada a una pared y una pequeña mesita de noche. Tanto las paredes como el suelo estaban hechos de madera, y una ventana circular dejaba pasar la luz de la luna.
El Uchiha tiró la mochila al suelo, quitó el pijama y se cambió. Era un pijama de lana, beis, que contaba con un gorrito con el símbolo de Uzu, en rojo, como accesorio.
—Aiko no está muerta —rebatió con fuerza, apretando los puños. Se quedó serio, perdido en la superficie del caldo de su plato. Se le habían quitado las ganas de comer. Suspiró, y su cuerpo pareció relajarse con ello—. Ven a mi habitación y te respondo… y sigo contando. Sucedieron más cosas, Nabi. Cosas gordas. —A Datsue le habían oído demasiadas veces cosas importantes como para seguir hablando de aquello en medio del bar.
Se levantó, y ni ganas tuvo de regatear el precio. Pagó lo que debía sin rechistar y se fue directo a la habitación que el posadero le indicó, tras subir por unas escaleras e internarse en un pasillo que daba acceso a, al menos, otros diez habitáculos.
La habitación era de lo más sencilla: una cama estrecha, una percha pegada a una pared y una pequeña mesita de noche. Tanto las paredes como el suelo estaban hechos de madera, y una ventana circular dejaba pasar la luz de la luna.
El Uchiha tiró la mochila al suelo, quitó el pijama y se cambió. Era un pijama de lana, beis, que contaba con un gorrito con el símbolo de Uzu, en rojo, como accesorio.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado