1/11/2018, 17:52
En algún momento de la noche había caído en algo más cercano a la inconsciencia que al sueño. Un trance en el que me levanté pensando que habían pasado apenas dos minutos y ya era de día y me sentía tan cansado como antes de dormir.
Me levanté a rastras de la cama y bajé con todo tal y como lo tenía el día anterior. Vi a Eri en una mesa y me acerqué a ella, desplomandome sobre una silla de la mesa y apoyando la cabeza en la mesa.
— Buenos días, Eri-chan. ¿Qué tal has dormido?
La miré sin despegar la cara de la mesa, intentando que los ojos no se me cerrasen, lo cual se convirtió en una ardua tarea.
Me levanté a rastras de la cama y bajé con todo tal y como lo tenía el día anterior. Vi a Eri en una mesa y me acerqué a ella, desplomandome sobre una silla de la mesa y apoyando la cabeza en la mesa.
— Buenos días, Eri-chan. ¿Qué tal has dormido?
La miré sin despegar la cara de la mesa, intentando que los ojos no se me cerrasen, lo cual se convirtió en una ardua tarea.
—Nabi—