12/11/2019, 01:21
El clon de Datsue reventó el muro de tierra, un láser gigantesco que tragó rocas, arena... un láser de energía que era puro chakra liberado. Poderoso. Extremadamente poderoso. Pero si por algo eran famosos los shinobi era por ser sutilmente letales. Y hasta un ninja como Bakudan podía ser sutil cuando la situación lo requería.
Datsue aprendería una lección ese día, y quién sabe si la última de su vida. El poder de un bijuu no tenía igual. Pero normalmente los ataques que uno puede realizar con él son demasiado ruidosos, demasiado luminosos. Distraen de las cosas importantes, ¿saben?
Y lo importante era el hacha. Ese hacha, que pasó muy cerca de su cabeza, y la de su clon que sujetaba a Hanabi. Que pasó entre medias. Datsue lo vio, en el último segundo. Lo que no había podido discernir desde tan lejos. Estaba hecho de chakra, sí. Refulgía con un tono anaranjado. Pero era rectangular, pequeñito. Como un...
...sello explosivo.
La explosión se tragó a Datsue y se tragó también a su clon, estallándolo en una nube de humo. Hanabi salió volando hacia el lado contrario. El real acabó topando con el clon que había lanzado el láser, y ambos rodaron por la arena. Pero el impacto no fue suficiente para destruir a la réplica
—¡Datsue! ¡Datsue! ¿¡Estás bien!?
—¡OOOOHHHH, OOOOH LA ARROGANCIAAA! Un bijuu menor como ese no es rival para el Gran y Todopoderoso Kurama! ¡UJAJAJA, UAJAJAJA, UJA, UJAJAJAJA! —Bakudan se elevó en el aire, emergiendo de las arenas tras ellos. Se llevó ambas manos dentro de la túnica y volvió a agitar los brazos al aire. Dos hachas arrojadizas volvieron a emprender el vuelo, cada una a uno de los combatientes. Esta vez no venían cargadas con chakra.
Hanabi voló rápidamente hacia Datsue y su clon, esquivando su hacha, pero le era imposible llegar a tiempo a su pupilo, que yacía en el suelo...
—¡Datsueeee!
Datsue aprendería una lección ese día, y quién sabe si la última de su vida. El poder de un bijuu no tenía igual. Pero normalmente los ataques que uno puede realizar con él son demasiado ruidosos, demasiado luminosos. Distraen de las cosas importantes, ¿saben?
Y lo importante era el hacha. Ese hacha, que pasó muy cerca de su cabeza, y la de su clon que sujetaba a Hanabi. Que pasó entre medias. Datsue lo vio, en el último segundo. Lo que no había podido discernir desde tan lejos. Estaba hecho de chakra, sí. Refulgía con un tono anaranjado. Pero era rectangular, pequeñito. Como un...
...sello explosivo.
¡¡¡BOOOOMMMMM!!!
La explosión se tragó a Datsue y se tragó también a su clon, estallándolo en una nube de humo. Hanabi salió volando hacia el lado contrario. El real acabó topando con el clon que había lanzado el láser, y ambos rodaron por la arena. Pero el impacto no fue suficiente para destruir a la réplica
—¡Datsue! ¡Datsue! ¿¡Estás bien!?
—¡OOOOHHHH, OOOOH LA ARROGANCIAAA! Un bijuu menor como ese no es rival para el Gran y Todopoderoso Kurama! ¡UJAJAJA, UAJAJAJA, UJA, UJAJAJAJA! —Bakudan se elevó en el aire, emergiendo de las arenas tras ellos. Se llevó ambas manos dentro de la túnica y volvió a agitar los brazos al aire. Dos hachas arrojadizas volvieron a emprender el vuelo, cada una a uno de los combatientes. Esta vez no venían cargadas con chakra.
Hanabi voló rápidamente hacia Datsue y su clon, esquivando su hacha, pero le era imposible llegar a tiempo a su pupilo, que yacía en el suelo...
—¡Datsueeee!