3/03/2020, 16:06
(Última modificación: 3/03/2020, 16:07 por Himura Ren.)
Ren asintió, y tomo asiento posteriormente, con la esperanza de que aquella tormenta fuera a menos; se le escapo un pequeño bufido cuando hablo de aquella forma de Yui-sama, quien seguramente no tardaría ni un momento en colgarle de lo más alto del edificio de la Arashikage y se quedaría tan a gusto.
—Todo esto de la jerarquía a mí me parece una lata, pero la alternativa es la anarquía y eso es más coñazo todavía. Así que vamos a poner todos un poquito de nuestra parte para que este equipo no sea una casa de putas, ¿eh? —miró a Ren—. Tú, con la primera paga que pilles cómprate un despertador —se giró hacia Kisame—. Y tú, déjate de pamplinas, hombre, que ya pareces mayorcito. ¿Si tu compañera se tira por un pozo tú te tiras también? —era una pregunta evidentemente retórica—. Pues eso, macho, si ella llega tarde pues es su problema. ¿Por qué te vas a arriesgar a que yo fuese un sensei cabrón y te castigase a ti también, si tú habías llegado a tiempo?
Volvió a ruborizarse, con las manos sobre sus pies por aquel comentario; ya había tenido varios, todos acabaron rotos por A o por B
—Y coño, ya que vas a pedir disculpas, déjate de coletillas y puyitas. Que pareces nuevo. Anda que si te llega a tocar alguno de mis compañeros como sensei, se te iban a romper los brazos de hacer flexiones bajo la lluvia —el chūnin miró su reloj digital. Las once y diez—. Como vamos justos de tiempo, nos vamos a ahorrar la charlita reglamentaria sobre vuestro traumático pasado y cómo os infundió determinación para ser Arashikages o qué sé yo, ¿vale? Concentrémonos en las dos misiones de hoy.
Un pergamino con la letra "D" inscrita en el sello apareció repentinamente en la mano enguatada del sensei, ante la —probablemente— atónita mirada de los genin. Sin embargo, no lo abrió directamente, sino que miró a Ren y con la otra señaló el cartel con la carta de bebidas.
Ren lo observó atónita, no tenía ni idea de como había hecho eso; podría tratarse de algo extremadamente sencillo y aun así le seguiria fascinando
—Primera misión para ti, Himura Ren, rango D — los ojos de la joven genin se iluminaron, tal vez se trataba de otra misión no muy complicada, pero no le hacia falta más para abrir la boca por la emoción. — tráeme un capuccino doble. Ahora hablamos de la otra.
— S-Si. E-Ebisu-sensei... —Y con la misma rapidez, se disipó. ¿Ahora quien esta trolleando a quien? pensó levantándose para ir a la barra a pedir lo que su nuevo maestro le había pedido. Aunque por suerte para ella, no tardaría mucho en volver, ya que no había una gran demanda en aquel momento; cogiendo el plato con ambas manos, volvería y lo dejaría frente a Ebisu, para después volver a su asiento.
—Todo esto de la jerarquía a mí me parece una lata, pero la alternativa es la anarquía y eso es más coñazo todavía. Así que vamos a poner todos un poquito de nuestra parte para que este equipo no sea una casa de putas, ¿eh? —miró a Ren—. Tú, con la primera paga que pilles cómprate un despertador —se giró hacia Kisame—. Y tú, déjate de pamplinas, hombre, que ya pareces mayorcito. ¿Si tu compañera se tira por un pozo tú te tiras también? —era una pregunta evidentemente retórica—. Pues eso, macho, si ella llega tarde pues es su problema. ¿Por qué te vas a arriesgar a que yo fuese un sensei cabrón y te castigase a ti también, si tú habías llegado a tiempo?
Volvió a ruborizarse, con las manos sobre sus pies por aquel comentario; ya había tenido varios, todos acabaron rotos por A o por B
—Y coño, ya que vas a pedir disculpas, déjate de coletillas y puyitas. Que pareces nuevo. Anda que si te llega a tocar alguno de mis compañeros como sensei, se te iban a romper los brazos de hacer flexiones bajo la lluvia —el chūnin miró su reloj digital. Las once y diez—. Como vamos justos de tiempo, nos vamos a ahorrar la charlita reglamentaria sobre vuestro traumático pasado y cómo os infundió determinación para ser Arashikages o qué sé yo, ¿vale? Concentrémonos en las dos misiones de hoy.
Un pergamino con la letra "D" inscrita en el sello apareció repentinamente en la mano enguatada del sensei, ante la —probablemente— atónita mirada de los genin. Sin embargo, no lo abrió directamente, sino que miró a Ren y con la otra señaló el cartel con la carta de bebidas.
Ren lo observó atónita, no tenía ni idea de como había hecho eso; podría tratarse de algo extremadamente sencillo y aun así le seguiria fascinando
—Primera misión para ti, Himura Ren, rango D — los ojos de la joven genin se iluminaron, tal vez se trataba de otra misión no muy complicada, pero no le hacia falta más para abrir la boca por la emoción. — tráeme un capuccino doble. Ahora hablamos de la otra.
— S-Si. E-Ebisu-sensei... —Y con la misma rapidez, se disipó. ¿Ahora quien esta trolleando a quien? pensó levantándose para ir a la barra a pedir lo que su nuevo maestro le había pedido. Aunque por suerte para ella, no tardaría mucho en volver, ya que no había una gran demanda en aquel momento; cogiendo el plato con ambas manos, volvería y lo dejaría frente a Ebisu, para después volver a su asiento.