21/03/2020, 19:44
— ¿Qué? Nononononono, te toca a ti. Que la última vez elegí yo donde comer. Tú eliges donde comer y yo el postre. Ese es el trato, Ren-chan, no se puede cambiar. — negó en rotundo Hana.
Ren frunció el ceño en respuesta, intentando hacer memoria de los pocos lugares por los que había pasado cuando iba al comedor, la sala común, su habitación o donde entrenaba. Todos estos lugares estaban bastante cercanos los unos de los otros, por los que aparte de unos pasillos, poco más podía ver; y los ANBUS que la acompañaron, no la dejaron moverse con libertad. Nanashi le dijo expresamente que no tenía ningun problema con que ella fuera, pero que a la mínima que diera problemas, que se sintieran con total libertad de devolverla en el mismo tren si hacía falta.
— Demos entonces una vuelta, y a ver que encontramos supongo... —dijo corriendo la puerta, sin un rumbo determinado.
Ren frunció el ceño en respuesta, intentando hacer memoria de los pocos lugares por los que había pasado cuando iba al comedor, la sala común, su habitación o donde entrenaba. Todos estos lugares estaban bastante cercanos los unos de los otros, por los que aparte de unos pasillos, poco más podía ver; y los ANBUS que la acompañaron, no la dejaron moverse con libertad. Nanashi le dijo expresamente que no tenía ningun problema con que ella fuera, pero que a la mínima que diera problemas, que se sintieran con total libertad de devolverla en el mismo tren si hacía falta.
— Demos entonces una vuelta, y a ver que encontramos supongo... —dijo corriendo la puerta, sin un rumbo determinado.