3/04/2020, 15:05
—Qué, Hana, ¿preparada?
Hana dio un bote al notar el brazo de Eri sobre sus hombros, ni la había oído llegar.
— ¡Sí! — dijo un par de tonos por encima de lo esperado. — Bueno, quiero decir, espero estar a la altura. He oido que se tarda meses en aprenderla, incluso que hay gente que es incapaz debido a su complejidad. No quiero decepcionaros, pero...
No quería decirlo, pero igual ella no estaba a la altura. Si era una técnica que mucha gente no podía aprender, ella podía entrar dentro de "mucha gente" perfectamente. No tardó en aparecer Datsue, cortando la conversación para tirar al meollo de cabeza. Hana salió detrás del jinchuriki como una flecha, solo tenía que esforzarse al máximo y seguro que lo conseguía.
Llegaron a uno de los dojos interiores, completamente vacío, y Datsue sacó un pergamino y liberó de su sello un montón de globos que por su comportamiento físico se podía suponer que llevaban liquido en su interior. Hana esperaba, confiaba, en que ese liquido fuese agua.
—¿Haces los honores con la teoría, Eri?
La rubia se giró lentamente hasta mirar a su sensei, más nerviosa que un conejo con sobredosis de estimulantes.
Hana dio un bote al notar el brazo de Eri sobre sus hombros, ni la había oído llegar.
— ¡Sí! — dijo un par de tonos por encima de lo esperado. — Bueno, quiero decir, espero estar a la altura. He oido que se tarda meses en aprenderla, incluso que hay gente que es incapaz debido a su complejidad. No quiero decepcionaros, pero...
No quería decirlo, pero igual ella no estaba a la altura. Si era una técnica que mucha gente no podía aprender, ella podía entrar dentro de "mucha gente" perfectamente. No tardó en aparecer Datsue, cortando la conversación para tirar al meollo de cabeza. Hana salió detrás del jinchuriki como una flecha, solo tenía que esforzarse al máximo y seguro que lo conseguía.
Llegaron a uno de los dojos interiores, completamente vacío, y Datsue sacó un pergamino y liberó de su sello un montón de globos que por su comportamiento físico se podía suponer que llevaban liquido en su interior. Hana esperaba, confiaba, en que ese liquido fuese agua.
—¿Haces los honores con la teoría, Eri?
La rubia se giró lentamente hasta mirar a su sensei, más nerviosa que un conejo con sobredosis de estimulantes.