8/04/2020, 16:25
—Me tiré semanas hasta poder hacerlo bien y de seguido con los globos, pero una vez lo dominas, sale solo, solo... Que es un gran tiempo, al menos para mí, si seguro que Uzushiogakure se quedó sin reservas de globos por mi culpa... Pero cuando lo dominas, te sientes completamente realizado contigo mismo.
—Cuatro. Cuatro largas, inacabables, e intensas…… horas.
Hana abrió la boca, primero de la sorpresa y después para quejarse de lo injusto que era la vida.
— No... no puede ser, ¡pero si...!
Paró en cuanto Datsue empezó a descojonarse en su cara. Era una mentira como una catedral de grande y como una mierda de perro de apestosa, ¡y lo peor es que se lo había creído! ¡Y no era la primera vez que el Uchiha exageraba como un bellaco! ¿Por qué tenía que ser tan credula? Infló las mejillas y apretó los labios, en señal de protesta.
—Está bien, está bien. No fueron cuatro horas. No sé cuánto tiempo me llevó exactamente, la verdad. Pero tampoco sería un buen baremo con el que medirte. Piensa que cuando a mí me enseñaron esta técnica, hace menos de un año, yo estaba ya en mi cénit como ninja. Con experiencia en varios elementos, con muchas técnicas desarrolladas a mi espalda. Si la hubiese intentado aprender en mis inicios, como tú, me hubiese costado muchísimo más.
Plantearse siquiera el límite de las habilidades de Datsue le daba escalofrios. ¿Cuan lejos podía estar ella de eso? No de su propio límite, sino del del jinchuriki. ¿A años luz de distancia? ¿A lustros de tiempo? ¿A toneladas de peso? No sabía en qué se medía el chakra, pero a millones de eso también.
Hana había dejado de concentrar ningún tipo de chakra en el globo, lo manoseaba, pasandoselo de una mano a otra. Si a ellos les había costado, siendo ninjas de verdad, ella que apenas era una genin ¿tenía alguna oportunidad? No podía evitar dudarlo.
— ¿De verdad creeis que puedo aprenderlo? Es decir, yo solo soy una principiante, tal vez sencillamente no puedo hacerlo. Tal vez mi límite no es tan alto como el vuestro.
—Cuatro. Cuatro largas, inacabables, e intensas…… horas.
Hana abrió la boca, primero de la sorpresa y después para quejarse de lo injusto que era la vida.
— No... no puede ser, ¡pero si...!
Paró en cuanto Datsue empezó a descojonarse en su cara. Era una mentira como una catedral de grande y como una mierda de perro de apestosa, ¡y lo peor es que se lo había creído! ¡Y no era la primera vez que el Uchiha exageraba como un bellaco! ¿Por qué tenía que ser tan credula? Infló las mejillas y apretó los labios, en señal de protesta.
—Está bien, está bien. No fueron cuatro horas. No sé cuánto tiempo me llevó exactamente, la verdad. Pero tampoco sería un buen baremo con el que medirte. Piensa que cuando a mí me enseñaron esta técnica, hace menos de un año, yo estaba ya en mi cénit como ninja. Con experiencia en varios elementos, con muchas técnicas desarrolladas a mi espalda. Si la hubiese intentado aprender en mis inicios, como tú, me hubiese costado muchísimo más.
Plantearse siquiera el límite de las habilidades de Datsue le daba escalofrios. ¿Cuan lejos podía estar ella de eso? No de su propio límite, sino del del jinchuriki. ¿A años luz de distancia? ¿A lustros de tiempo? ¿A toneladas de peso? No sabía en qué se medía el chakra, pero a millones de eso también.
Hana había dejado de concentrar ningún tipo de chakra en el globo, lo manoseaba, pasandoselo de una mano a otra. Si a ellos les había costado, siendo ninjas de verdad, ella que apenas era una genin ¿tenía alguna oportunidad? No podía evitar dudarlo.
— ¿De verdad creeis que puedo aprenderlo? Es decir, yo solo soy una principiante, tal vez sencillamente no puedo hacerlo. Tal vez mi límite no es tan alto como el vuestro.