10/04/2020, 17:57
Eri le dio ánimos como una persona normal hubiese hecho y Datsue lo hizo como lo hacia él, con un discurso motivacional que ni un entrenador de cualquier gimnasio del mundo, ningún politico podría igualar la labia y la diplomacia que salia de la boca del Uchiha cada vez que lo intentaba.
La confianza de su sensei y el subidon habitual de las palabras del jinchuriki fueron suficiente para que Hana se confiase. ¡Claro que podía! Sin embargo hubo algo al final del discurso de Datsue que la perturbó.
»Tú vas a tener a Los Intrépidos de tu lado. ¿Y eso? Eso no lo puede decir nadie más que tú.
— ¿Y esos quienes son? — no fue hasta poco después de haberlo dicho que se dio cuenta de que se refería a él y Eri-sensei, por un momento pensó que eran algún tipo de equipo especialista.
Hasta que se dio cuenta de que el equipo especialista era la pareja que tenía delante, pero ya había metido la pata, mejor dejar que se hundiese antes que corregir. Sabía que Datsue se pondría a contar de forma grandilocuente de donde venían los intrépidos.
La confianza de su sensei y el subidon habitual de las palabras del jinchuriki fueron suficiente para que Hana se confiase. ¡Claro que podía! Sin embargo hubo algo al final del discurso de Datsue que la perturbó.
»Tú vas a tener a Los Intrépidos de tu lado. ¿Y eso? Eso no lo puede decir nadie más que tú.
— ¿Y esos quienes son? — no fue hasta poco después de haberlo dicho que se dio cuenta de que se refería a él y Eri-sensei, por un momento pensó que eran algún tipo de equipo especialista.
Hasta que se dio cuenta de que el equipo especialista era la pareja que tenía delante, pero ya había metido la pata, mejor dejar que se hundiese antes que corregir. Sabía que Datsue se pondría a contar de forma grandilocuente de donde venían los intrépidos.