26/05/2020, 11:50
—¡Hana!. ¡Hemos venido a verte!
La voz de Eri resonó por la habitación al mismo tiempo que el salpicar del agua. Una cosa había llevado a la otra y ahora iba a tardar más de lo esperado. Se quedó palida. Por suerte, el baño era pequeño, así que podía cerrar la puerta estando sentada en el trono. Así que lo hizo, con la pierna buena movió la puerta hasta que se cerró.
— ¡Pasad! ¡Estoy en el baño! ¡Ahora salgo!
Todos ibamos al baño, ¿no? No tenía nada de lo que avergonzarse. Aún así, dejó de hacer tanta fuerza para evitar posibles estruendos, o salía por su propio merito o ya volvería cuando no estuviese su sensei y probablemente el jinchuriki más cotilla de Onindo en la sala contigua.
La voz de Eri resonó por la habitación al mismo tiempo que el salpicar del agua. Una cosa había llevado a la otra y ahora iba a tardar más de lo esperado. Se quedó palida. Por suerte, el baño era pequeño, así que podía cerrar la puerta estando sentada en el trono. Así que lo hizo, con la pierna buena movió la puerta hasta que se cerró.
— ¡Pasad! ¡Estoy en el baño! ¡Ahora salgo!
Todos ibamos al baño, ¿no? No tenía nada de lo que avergonzarse. Aún así, dejó de hacer tanta fuerza para evitar posibles estruendos, o salía por su propio merito o ya volvería cuando no estuviese su sensei y probablemente el jinchuriki más cotilla de Onindo en la sala contigua.