30/06/2020, 21:23
No le negaría en ningún momento sus labios; en su lugar, deslizaría lentamente las manos por su cuerpo acariciando su abdomen para luego subir lentamente por su torso hasta su pecho. La respiración de la morena era pesada y entrecortada, con largas pausas tanto para recuperar el aliento, como para exhalar el aire. Hana respondería de la misma forma, pero cuando volviera a besarla, todo habría cambiado.
La noche abrazaba toda su habitación; salvo una muy suave luz que entraba por la ventana, nada más le ayudaba a ver, con un gran esfuerzo de percepción y memoria, podría llegar a distinguir su habitación. Estaba tumbada en la cama, y se incorporó de golpe quedándo sentada sobre esta; respiraba muy agitada, y sintió como una gota recorrió todo su rostro desde la frente.
— ¿Q-Q-Que? ¿E-E-Era un sueño? — miró su propia mano en la oscuridad; sentía como todo su cuerpo ardía y se dejó caer de nuevo sobre la liviana almohada.
Todo había sido un sueño, pero era tan real, era tan palpable... Era... No. Quería. Quería que fuera real.
Agitó suavemente la cabeza, y se levantó en busca de un vaso de agua, buscando aliviar su calor e hidratarse; sin vaciar su cabeza de los intoxicantes pensamientos de su hermana. Jamas podría olvidar aquel sueño.
— Y si... No lo sé... — decía con duda cuando volvió a la cama. Ahora todo cobraba otro sentido, las caricias, los abrazos... Pero no sabía si estaba segura de que aquello sería correspondido. — Pero si nos pasa algo...
Ella jamás lo sabría. Mañana le tocaba su último combate, tal vez fuera todo producto de los nervios juntado con el largo tiempo que pasaron, pero aquella suposición jamas pasaría por su cabeza. En cuanto pudiera, debía decirselo; independientemente de cual fuera su respuesta.
La noche abrazaba toda su habitación; salvo una muy suave luz que entraba por la ventana, nada más le ayudaba a ver, con un gran esfuerzo de percepción y memoria, podría llegar a distinguir su habitación. Estaba tumbada en la cama, y se incorporó de golpe quedándo sentada sobre esta; respiraba muy agitada, y sintió como una gota recorrió todo su rostro desde la frente.
— ¿Q-Q-Que? ¿E-E-Era un sueño? — miró su propia mano en la oscuridad; sentía como todo su cuerpo ardía y se dejó caer de nuevo sobre la liviana almohada.
Todo había sido un sueño, pero era tan real, era tan palpable... Era... No. Quería. Quería que fuera real.
Agitó suavemente la cabeza, y se levantó en busca de un vaso de agua, buscando aliviar su calor e hidratarse; sin vaciar su cabeza de los intoxicantes pensamientos de su hermana. Jamas podría olvidar aquel sueño.
— Y si... No lo sé... — decía con duda cuando volvió a la cama. Ahora todo cobraba otro sentido, las caricias, los abrazos... Pero no sabía si estaba segura de que aquello sería correspondido. — Pero si nos pasa algo...
Ella jamás lo sabría. Mañana le tocaba su último combate, tal vez fuera todo producto de los nervios juntado con el largo tiempo que pasaron, pero aquella suposición jamas pasaría por su cabeza. En cuanto pudiera, debía decirselo; independientemente de cual fuera su respuesta.