16/12/2020, 15:39
Una patada alta a su derecha. Una patada circular baja hacia su pantorrilla. Así, el equipo Daigo-Ranko quería hacerle una pinza al maestro Zaofu. Poco habían vivido en Kusagakure todavía si pensaban que un kusajin huiría de los golpes en lugar de darlos. El hombre extendió los brazos hacia ambos lados y emitió dos potentes ráfagas de chakra: Daigo fue lanzado de nuevo contra la pared y se golpeó la cabeza, y Ranko se vio desequilibrada, apoyada como estaba en una sola pierna. Su cocorota dio de lleno contra el suelo del tatami.
—¡Débiles! ¡Débiles! ¡Esto es lo que el nuevo Gobierno de la villa os hace!
—¡Débiles! ¡Débiles! ¡Esto es lo que el nuevo Gobierno de la villa os hace!
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