25/03/2021, 16:55
Confundida y alarmada, Ranko fue la primera en hablar, y la Morikage se volvió hacia ella rápidamente para retenerla contra el futón sujetándola por el hombro e impedir que intentara levantarse.
—Shhhh... —le chistó, con suavidad—. No te muevas, Ranko, tienes varios huesos rotos. Es normal que te duela. Daigo...
La voz de Daigo llegó entonces hasta ellas. Estaba incluso más confundido que Ranko, y su estado era notablemente peor. Pero al menos seguía vivo.
—Estamos a salvo, en un refugio, en los subterráneos de Kusagakure. Tenéis suerte de que os consideraran muertos cuando se derrumbó el Estadio de Bambú... —explicó, lo suficientemente lento para que sus confundidas mentes pudieran entenderla—. Pero lo que ha pasado es algo que tendréis que explicarme vosotros. Sé que no estáis en buenas condiciones, pero la situación es urgente: necesito saberlo todo.