9/04/2021, 18:36
Ranko se paralizó.
—Han... tomado... —repitió lentamente.
No. No podía ser. Tenía que salir de allí. Tenía que asegurarse que su familia estaba bien. ¡Y sus amigos! Tenía que protegerlos. Tenía que... Tenía que proteger a la aldea. Hizo amague de levantarse, pero el dolor le volvió a derribar. Su cuerpo estaba quebrado. Aún si pudiese ponerse en pie ¿cómo lucharía? Apretó los dientes, como si el ferviente deseo de salir a darle patadas a la Guerrilla fuese suficiente para curarse.
"No. No. Ranko. Calma. La señora Morikage tiene razón. Estás viva, y puedes actuar, y no aplastada bajo los escombros, inerte. La familia estará bien. Madre es fuerte, padre es inteligente, y Kuumi es muy versátil. Meme... Sé que mi familia la protegerá. Kazuma... espero que se haya recuperado bien. Yota... no lo he visto recientemente, espero que no se meta en problemas y sepa cuándo actuar. Lyndis..." Ranko suspiró. Su más reciente amiga y compañera de combate. ¿Dónde estaría? Pedía a los dioses que estuviese bien.
Por ahora, tenía que permanecer en calma.
La de la trenza se dirigió a la mujer. Sus ojos color miel parecían estar a punto de soltar lágrimas de preocupación, pero la expresión de su rostro parecía mantenerles a raya. Era la expresión decidida del Conejo Blanco.
—Seguimos sus órdenes, mi señora. —dijo, dispuesta a todo.
—Han... tomado... —repitió lentamente.
No. No podía ser. Tenía que salir de allí. Tenía que asegurarse que su familia estaba bien. ¡Y sus amigos! Tenía que protegerlos. Tenía que... Tenía que proteger a la aldea. Hizo amague de levantarse, pero el dolor le volvió a derribar. Su cuerpo estaba quebrado. Aún si pudiese ponerse en pie ¿cómo lucharía? Apretó los dientes, como si el ferviente deseo de salir a darle patadas a la Guerrilla fuese suficiente para curarse.
"No. No. Ranko. Calma. La señora Morikage tiene razón. Estás viva, y puedes actuar, y no aplastada bajo los escombros, inerte. La familia estará bien. Madre es fuerte, padre es inteligente, y Kuumi es muy versátil. Meme... Sé que mi familia la protegerá. Kazuma... espero que se haya recuperado bien. Yota... no lo he visto recientemente, espero que no se meta en problemas y sepa cuándo actuar. Lyndis..." Ranko suspiró. Su más reciente amiga y compañera de combate. ¿Dónde estaría? Pedía a los dioses que estuviese bien.
Por ahora, tenía que permanecer en calma.
La de la trenza se dirigió a la mujer. Sus ojos color miel parecían estar a punto de soltar lágrimas de preocupación, pero la expresión de su rostro parecía mantenerles a raya. Era la expresión decidida del Conejo Blanco.
—Seguimos sus órdenes, mi señora. —dijo, dispuesta a todo.
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