28/04/2021, 12:39
(Última modificación: 28/04/2021, 12:39 por Sasagani Yota.)
—Eso me parece muy bien, pero tenemos que aclarar algunas cosas antes
Arquee una ceja ante el fanfarronerio del capullo que tenía enfrente.
Seré directo: el antiguo orden ha muerto. La democracia ha vuelto a Kusagakure. Si eres leal a Kintsugi, ríndete o muere. Si eres leal a Kusagakure, harás bien en ayudarnos a reconstruir los desperfectos y a poner or...
Ni siquiera tuvo tiempo de acabar de soltar todas aquellas gilipolleces que del cielo llovía alguien y le propinó una señora hostia que lo envió directo a besar el suelo.
— Hostia puta
Un nuevo orden, Kintsugi, democracia. Blablabla. Me parece muy bonito todas esas gilipolleces, pero si no podéis contra un par de genins rasos no podéis exigir gobernar nada. ¡Asi que ven aquí, y demuéstrame que tengo que deberos lealtad a una panda de capullos que si tan orgullosos están de lo que hacen, por el contrario ocultan sus rostros! ¡O TE PIENSO DEJAR TODOS LOS DIENTES CONTRA EL BORDILLO DE LA ACERA!
— Así me gusta, kusajines con un buen par de huevos, vamos a darles a estos capullos lo que se merecen
Poco hizo falta para que Kumopansa se viese envuelta por la necesidad de repartir hostias. en otra situación quien sabe qué postura hubiese adoptado, pero estaba claro que Kusagakure había sido sitiada y alguien estaba realizando un golpe de estado.
«Democracia, ¿eh?»
— Las mayores desgracias de la humanidad se han hecho en nombre de la democracia. Vas a tener que matarme, jamás me uniré a tu causa
Poco después el tipo se levantó y trató de apuñalar a la muchacha peliplateada. Sin apenas pedir permiso, Kumopansa saltó de mi cabeza y se puso justo encima de la mascara del tipo, molestando y finalmente dando un mordisco en el cuello de tal forma que Lyndis podía limitarse a evitar el ataque del tipo o darle un nuevo galletazo.
Yo por mi parte me percate de dos cosas. Los kusajin que estaban siendo exclavizados al ver aquello dejaron lo que estaban haciendo y empezaron a apedrear con lo que pillaban a los enmascarados y, por otra paorte, cerca de allí, alguien había empujado a Koji dispuesto a pisarle la cara. Me moví rápido y cargué contra el agresor, también enmascarado con una patada en la boca del estomago.
— Me alegro de verte, Koji-san. Te necesito. Kusagakure también. Es hora de luchar
Cerré el puño y le di un golpecito en el pecho, buscando su complicidad y colaboración.
Kumopansa, por su parte, saltó de la cabeza de aquel tipo y buscó refugió en la de lyndis, posándose encima de ella.
— Me gustas, tronca. Puedo confiar en ti, ¿no?
• PV:–
• CK:–
• PV Kumopansa:–
• CK Kumopansa:–
Daño recibido
Daño causado
Arquee una ceja ante el fanfarronerio del capullo que tenía enfrente.
Seré directo: el antiguo orden ha muerto. La democracia ha vuelto a Kusagakure. Si eres leal a Kintsugi, ríndete o muere. Si eres leal a Kusagakure, harás bien en ayudarnos a reconstruir los desperfectos y a poner or...
Ni siquiera tuvo tiempo de acabar de soltar todas aquellas gilipolleces que del cielo llovía alguien y le propinó una señora hostia que lo envió directo a besar el suelo.
— Hostia puta
Un nuevo orden, Kintsugi, democracia. Blablabla. Me parece muy bonito todas esas gilipolleces, pero si no podéis contra un par de genins rasos no podéis exigir gobernar nada. ¡Asi que ven aquí, y demuéstrame que tengo que deberos lealtad a una panda de capullos que si tan orgullosos están de lo que hacen, por el contrario ocultan sus rostros! ¡O TE PIENSO DEJAR TODOS LOS DIENTES CONTRA EL BORDILLO DE LA ACERA!
— Así me gusta, kusajines con un buen par de huevos, vamos a darles a estos capullos lo que se merecen
Poco hizo falta para que Kumopansa se viese envuelta por la necesidad de repartir hostias. en otra situación quien sabe qué postura hubiese adoptado, pero estaba claro que Kusagakure había sido sitiada y alguien estaba realizando un golpe de estado.
«Democracia, ¿eh?»
— Las mayores desgracias de la humanidad se han hecho en nombre de la democracia. Vas a tener que matarme, jamás me uniré a tu causa
Poco después el tipo se levantó y trató de apuñalar a la muchacha peliplateada. Sin apenas pedir permiso, Kumopansa saltó de mi cabeza y se puso justo encima de la mascara del tipo, molestando y finalmente dando un mordisco en el cuello de tal forma que Lyndis podía limitarse a evitar el ataque del tipo o darle un nuevo galletazo.
Yo por mi parte me percate de dos cosas. Los kusajin que estaban siendo exclavizados al ver aquello dejaron lo que estaban haciendo y empezaron a apedrear con lo que pillaban a los enmascarados y, por otra paorte, cerca de allí, alguien había empujado a Koji dispuesto a pisarle la cara. Me moví rápido y cargué contra el agresor, también enmascarado con una patada en la boca del estomago.
— Me alegro de verte, Koji-san. Te necesito. Kusagakure también. Es hora de luchar
Cerré el puño y le di un golpecito en el pecho, buscando su complicidad y colaboración.
Kumopansa, por su parte, saltó de la cabeza de aquel tipo y buscó refugió en la de lyndis, posándose encima de ella.
— Me gustas, tronca. Puedo confiar en ti, ¿no?
Estado de Yotita
• PV:
220/220
• CK:
250/250
• PV Kumopansa:
60/60
• CK Kumopansa:
80/80
Daño recibido
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa