5/05/2021, 18:03
El segundo puñetazo noqueó al enmascarado y rompió su disfraz, mostrando un rostro familiar, pero anodino: el de un habitante con el que Lyndis se había cruzado en varias ocasiones. El hombre gimoteó en el suelo, tapándose la nariz, que le sangraba a goterones. La araña de Yota se subió encima y le mordió en el cuello: aquél hombre no viviría por mucho más tiempo.
A su alrededor, todo se había vuelto un mar de caos. Enmascarados luchando contra genin, chūnin. Ellos eran más fuertes, pero los kusajin fieles a Kintsugi eran más.
—¡¡Vamos, a los calabozos!! ¡¡Liberemos a los nuestros!! —gritó una de ellas, especialmente envalentonada.
Yota propinó justo a tiempo una patada a uno de los ninjas, que cayó al suelo. Estaba tratando de levantarse cuando Koji le inhabilitó para moverse hiriendo sus brazos y sus piernas.
—Hijos de puta... hijos de puta... ¡dictadores! ¡Malditos absolutistas! ¡Muerte a los kages!
A su alrededor, todo se había vuelto un mar de caos. Enmascarados luchando contra genin, chūnin. Ellos eran más fuertes, pero los kusajin fieles a Kintsugi eran más.
—¡¡Vamos, a los calabozos!! ¡¡Liberemos a los nuestros!! —gritó una de ellas, especialmente envalentonada.
Yota propinó justo a tiempo una patada a uno de los ninjas, que cayó al suelo. Estaba tratando de levantarse cuando Koji le inhabilitó para moverse hiriendo sus brazos y sus piernas.
—Hijos de puta... hijos de puta... ¡dictadores! ¡Malditos absolutistas! ¡Muerte a los kages!
Esta cuenta representa a la totalidad de los administradores de NinjaWorld.es