28/01/2022, 21:15
Yakiniku resopló mientras encaminaba su tabla de surf en dirección al edificio del uzukage. ¿A quien se le ocurrió citarla a las ocho de la mañana? Esas no eran horas para reuniones, eran horas para estar tumbada en la playa esperando que se acercase una buna hola.
Pero claro, una orden del kage era una orden, y como shinobi, tenia que obedecerlas. Ella creía tener muy claro para que la llamaban: El alboroto que había formado el otro dia en la presentación del nuevo uzukage. Eso, y quizas que había visto que ella no habia hecho ni una sola misión, ni del rango más bajo. Y su largo historial de meter las narices donde no le llaman.
Entró al edificio subida en la tabla, y se acercó a la recepción sin bajar. No queria sumar a su larga lista de cosas mal hechas dejar huellas negras en el suelo del edificio del uzukage.
—¡Ey! —Yakiniku llamó la atención de la recepcionista. Podría haber dicho buenos días, pero eso sería mentir. —Me han dicho que tengo que ver al Uzukage a las ocho.
Pero claro, una orden del kage era una orden, y como shinobi, tenia que obedecerlas. Ella creía tener muy claro para que la llamaban: El alboroto que había formado el otro dia en la presentación del nuevo uzukage. Eso, y quizas que había visto que ella no habia hecho ni una sola misión, ni del rango más bajo. Y su largo historial de meter las narices donde no le llaman.
Entró al edificio subida en la tabla, y se acercó a la recepción sin bajar. No queria sumar a su larga lista de cosas mal hechas dejar huellas negras en el suelo del edificio del uzukage.
—¡Ey! —Yakiniku llamó la atención de la recepcionista. Podría haber dicho buenos días, pero eso sería mentir. —Me han dicho que tengo que ver al Uzukage a las ocho.