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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#24
A oídos de Yakiniku, la solución a que no se abalnzase a darle una patada en el culo al primer crio que hiciera una bromita sobre lo suyo era ponerle una niñera. Quizás no era mala idea, aunque no estaba segura de que la compañía fuese a ser agradable. Ni para una parte, ni para la otra.

Y lo que decía Datsue de no tener pelos en la lengua... Pues era verdad. Yakiniku no tenia ningun problema en decir lo que pensaba. Si tenia que decirle a un joinin que se estaba comportando como un imbécil, pues ella lo haría. ¿Probablemente saldría mal parada? Probablemente. Pero incluso si tenia que decir una verdad frente al uzukage, lo haría, y ahí se jugaba la vida.

Como podrá comprobar en mi expediente, eso nunca me ha preocupado. Si tengo que decir algo, lo digo. Lo que me preocupa, Uzukage-sama, no son las palabras.

La única vez que el asunto había llegado a las manos, no había terminado muy bien. Seguro que eso también estaba en su expediente, pero una vez un compañero de clase se dedico a hacer bromas subidas de tono con el tema del calor, y cuando Yakiniku se cansó, le apreto la cara con la mano. Si para el papel era difícil resistir el calor, para la piel... Es probable que, si alguna vez el uzukage le llamaba al despacho, le reconociera fácilmente.

Y no es fácil sujetarme, tampoco me llevo bien con la piel de los demás, pero si cree que un compañero podria ayudar... ¿Donde le espero?
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Mensajes en este tema
RE: El escudo, las espadas y los cerezos silvestres - por Yuki Yakiniku - 2/02/2022, 21:33


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