8/02/2022, 14:28
(Última modificación: 8/02/2022, 14:29 por Amedama Daruu.)
Daruu sólo tomó asiento cuando lo hicieron los Tres Grandes —dioses, qué mal le venían a los egos de Datsue y de Shukaku poseer tal título oficialmente—, y cuando tomó asiento, lo hizo en el único lugar posible: al lado del nuevo Uzukage. Mientras todos retiraban las sillas y Kintsugi hacía una apreciación, Daruu, discretamente, le susurró a su amigo:
—Demos una vuelta después. Sin tu... acompañante —Daruu no le conocía. No parecía ser muy fuerte, pero se dijo que no debía juzgar por las apariencias. Quizá fuese un jōnin de confianza de Datsue. Quizás guardaba más bajo la manga. Nuevamente, no se atrevió a activar el Byakugan en presencia de todos ellos para comprobarlo.
En cuanto a Sagiso...
—Sagiso-san. Si vienes con la delegación de Morikage-dono, la silla está preparada para ti —se atrevió a decir, observándola con una curiosa sonrisa. La joven, más o menos de su edad, actuaba más como una rígida estatua que como un ser humano—. Al fin y al cabo... rechazar lo que a uno se le ofrece es de peor educación que osar acompañar a sus superiores.
Le dedicó una de sus mejores sonrisas amejin, tal y como lo hubiese hecho Amekoro Yui, y sin embargo no se atrevió a romper por mucho más tiempo el protocolo. Se recostó en la silla, se cruzó de brazos y cedió el silencio a Shanise.
»Discúlpenme —dijo, sin dejar de sonreír.
—Demos una vuelta después. Sin tu... acompañante —Daruu no le conocía. No parecía ser muy fuerte, pero se dijo que no debía juzgar por las apariencias. Quizá fuese un jōnin de confianza de Datsue. Quizás guardaba más bajo la manga. Nuevamente, no se atrevió a activar el Byakugan en presencia de todos ellos para comprobarlo.
En cuanto a Sagiso...
—Sagiso-san. Si vienes con la delegación de Morikage-dono, la silla está preparada para ti —se atrevió a decir, observándola con una curiosa sonrisa. La joven, más o menos de su edad, actuaba más como una rígida estatua que como un ser humano—. Al fin y al cabo... rechazar lo que a uno se le ofrece es de peor educación que osar acompañar a sus superiores.
Le dedicó una de sus mejores sonrisas amejin, tal y como lo hubiese hecho Amekoro Yui, y sin embargo no se atrevió a romper por mucho más tiempo el protocolo. Se recostó en la silla, se cruzó de brazos y cedió el silencio a Shanise.
»Discúlpenme —dijo, sin dejar de sonreír.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)