14/02/2022, 23:23
Siete estuvo con el pico cerrado cual monja en una cena de empresa, observando como una rapaz acechando a una poca precavida presa. En ésta reunión, sentía que sobraba. Pero fuera de sus sensaciones, tenía un cometido muy claro y concreto, muy específico, así que no debía o quería hacer otra cosa salvo permanecer en un segundo plano. Debía ser un fantasma. Aunque fuese algo que normalmente no iba con él, se esforzaría en no destacar.
La reunión parecía comenzar, dado que al parecer ya estaban todos dispuestos. En lo que tomaban asientos, el tipo de orbes sin color al que había abrazado Datsue insinuó que mas tarde debían dar una vuelta a solas. Hayato no quiso poner caras, o hacer muecas, pero sonó de lo más disparatado. ¿Acaso pertenecía al club de posibles asesinos del Uzukage, o bien era el que lo había matado? Fuese del club que fuese, sonaba a mala idea. Pero seguramente el Uchiha no vacilaba al rechazar la oferta, o eso pensó el de dientes plateados. Pero para su sorpresa, fue todo lo contrario, aceptó sin pensárselo siquiera.
«Definitivamente, no entiendo nada...»
Y una sola mirada del Uzukage bastó para aclararle que tomase asiento. El Senju se sentó a su derecha, en lo que los kages intercambiaban palabras en lo que parecía una tregua para las tres aldeas. Hayato no estaba muy puesto al día sobre ello, pero sí que sabía que los bordes delimitantes con el país del Bosque así como la relación con la propia villa estaba algo más que tensa. De hecho, ni recordaba su última travesía por esos lares boscosos.
Pero la guerra les unía.
Hay un dicho bien antiguo que clarifica totalmente esa situación: El enemigo de tu enemigo, es tu amigo. Si el nueve colas y sus secuaces tenían como objetivo relativo el dominio de la señora cara-mariposas, unirse a sus rivales era una estrategia simple y a la vez brillante. Cuantos más, mejor. O como el Culebra decía: "No somos machos, pero somos muchos".
No tardaron en corroborar lo que el Senju preveía, lo que parecía ser una nueva alianza.
«Bueno, supongo que tendremos una buena oportunidad si todas las villas cooperan contra la principal amenaza... aunque sigo sin entender como Hanabi se ha quitado de en medio cuando más le necesita su villa, o puede que el mundo entero. Un shinobi con su cargo tiene unas habilidades envidiables, dedicarse a la política en medio de éste conflicto es bastante... bastante sucio...»
Siete se mantuvo a la vera de Datsue, callado y observador.
La reunión parecía comenzar, dado que al parecer ya estaban todos dispuestos. En lo que tomaban asientos, el tipo de orbes sin color al que había abrazado Datsue insinuó que mas tarde debían dar una vuelta a solas. Hayato no quiso poner caras, o hacer muecas, pero sonó de lo más disparatado. ¿Acaso pertenecía al club de posibles asesinos del Uzukage, o bien era el que lo había matado? Fuese del club que fuese, sonaba a mala idea. Pero seguramente el Uchiha no vacilaba al rechazar la oferta, o eso pensó el de dientes plateados. Pero para su sorpresa, fue todo lo contrario, aceptó sin pensárselo siquiera.
«Definitivamente, no entiendo nada...»
Y una sola mirada del Uzukage bastó para aclararle que tomase asiento. El Senju se sentó a su derecha, en lo que los kages intercambiaban palabras en lo que parecía una tregua para las tres aldeas. Hayato no estaba muy puesto al día sobre ello, pero sí que sabía que los bordes delimitantes con el país del Bosque así como la relación con la propia villa estaba algo más que tensa. De hecho, ni recordaba su última travesía por esos lares boscosos.
Pero la guerra les unía.
Hay un dicho bien antiguo que clarifica totalmente esa situación: El enemigo de tu enemigo, es tu amigo. Si el nueve colas y sus secuaces tenían como objetivo relativo el dominio de la señora cara-mariposas, unirse a sus rivales era una estrategia simple y a la vez brillante. Cuantos más, mejor. O como el Culebra decía: "No somos machos, pero somos muchos".
No tardaron en corroborar lo que el Senju preveía, lo que parecía ser una nueva alianza.
«Bueno, supongo que tendremos una buena oportunidad si todas las villas cooperan contra la principal amenaza... aunque sigo sin entender como Hanabi se ha quitado de en medio cuando más le necesita su villa, o puede que el mundo entero. Un shinobi con su cargo tiene unas habilidades envidiables, dedicarse a la política en medio de éste conflicto es bastante... bastante sucio...»
Siete se mantuvo a la vera de Datsue, callado y observador.