2/03/2022, 19:22
Siete casi sentía como si tuviese el corazón en la palma de la mano, agarrado con fuerza, en lo que su latir parecía que lo fuese a hacer saltar de la misma de un momento a otro. La tensión se sentía en el aire, como bien podía verse o palparse una niebla densa de mañana lluviosa. Un poco más densa, y podían golpearse en los morros con la propia tensión.
Shanise no ayudó del todo a lo presentado por Datsue, aunque hizo por su parte en soltar sus palabras de buenas maneras, evitando disimuladamente el conflicto. Pero el conflicto ya estaba ahí, o al menos parecía estar desde hacía algún tiempo. Sin embargo, la cara-mariposa tuvo un temple magnífico —o disimulaba como una maestra del engaño—, y contestó con tranquilidad aunque con cuchillas. No tuvo mal resultado después de todo, pues el desenlace no fue a parar a otro sitio que no fuese una aclaración: los jinchūriki de las aldeas estarían incluidos en la tregua. La alianza estaba cada vez más próxima, casi se podía saborear la victoria administrativa. Pues de la otra victoria, ya vendrían los días...
O no.
De momento, la Morikage daba pie a los otros kages de realizar más preguntas ajenas al tema principal, Nueve colas, si es que las tenían. Y entre tanto, la reunión parecía marchar tal y como se podía predecir, lideradas en palabras únicamente por los kages. La chica fuerte, y el de ojos blancos parecían estar al igual que Hayato en un puesto secundario por no decir terciario.
«A saber qué cantidad de subordinados, o qué medios tiene el maldito zorro... ¿Conquistar tanta tierra en tan poco tiempo? ¡Menuda locura! Si nos descuidamos, nos comen.»
Shanise no ayudó del todo a lo presentado por Datsue, aunque hizo por su parte en soltar sus palabras de buenas maneras, evitando disimuladamente el conflicto. Pero el conflicto ya estaba ahí, o al menos parecía estar desde hacía algún tiempo. Sin embargo, la cara-mariposa tuvo un temple magnífico —o disimulaba como una maestra del engaño—, y contestó con tranquilidad aunque con cuchillas. No tuvo mal resultado después de todo, pues el desenlace no fue a parar a otro sitio que no fuese una aclaración: los jinchūriki de las aldeas estarían incluidos en la tregua. La alianza estaba cada vez más próxima, casi se podía saborear la victoria administrativa. Pues de la otra victoria, ya vendrían los días...
O no.
De momento, la Morikage daba pie a los otros kages de realizar más preguntas ajenas al tema principal, Nueve colas, si es que las tenían. Y entre tanto, la reunión parecía marchar tal y como se podía predecir, lideradas en palabras únicamente por los kages. La chica fuerte, y el de ojos blancos parecían estar al igual que Hayato en un puesto secundario por no decir terciario.
«A saber qué cantidad de subordinados, o qué medios tiene el maldito zorro... ¿Conquistar tanta tierra en tan poco tiempo? ¡Menuda locura! Si nos descuidamos, nos comen.»