12/03/2022, 16:18
Y pese a que al inicio no lo había entendido bien, no lo había entendido bien desde mucho antes. Desde antes de llegar a ésta reunión, desde antes de viajar a éste país, desde antes de que Datsue hubiese sido nombrado Uzukage... ¡DIABLOS! Había estado ciego mucho tiempo, pensando que Hanabi había dejado de lado a todos con tal de gobernar un país, de dedicarse a la maldita política. Si tiempo atrás le hubiesen avisado de que todo había sido una jugada maestra en un puto tablero de ajedrez gigante, se hubiese reído de quien se lo hubiese dicho.
«Ese maldito... ¿Acaso lo tenía todo planeado desde el inicio? ¿Datsue ha jugado en ésta partida sabiendo desde el inicio ese movimiento magistral? ¡Por la Diosa Fortuna! ¡No sé si odiarlo o rezarle a ese hijoputa!»
Hanabi había sido mencionado, y ya no solo una, ni dos, ni tres veces, si no que llegó a estar en cuatro votos a favor. Eso sí, la tiparraca mariposas no dudó en oponerse, y aunque no lo hizo de manera demasiado tajante, inquiría una elección más neutral. Incluso su ayudante, o mano derecha, le había dado el voto a Hanabi. Ante la pregunta de la mujer, Datsue contestó que incluso siendo presidente de la república seguro podía dejar las cosas atadas en lo que el mundo entero enfrentaba a la amenaza de mayor calibre: Kurama.
Hayato no pudo si no admirar los vuelcos, los vaivenes que daba la reunión. Era asombroso, y sintiéndolo mucho, se sentía totalmente desubicado. No encajaba realmente en ésta reunión, no era más que un cero a la izquierda. Aunque por otro lado, quizás ésto era otro movimiento de ajedrez, buscando que el chico tomase de éstas reuniones y situaciones experiencia.
Puto tablero de ajedrez...
«Ese maldito... ¿Acaso lo tenía todo planeado desde el inicio? ¿Datsue ha jugado en ésta partida sabiendo desde el inicio ese movimiento magistral? ¡Por la Diosa Fortuna! ¡No sé si odiarlo o rezarle a ese hijoputa!»
Hanabi había sido mencionado, y ya no solo una, ni dos, ni tres veces, si no que llegó a estar en cuatro votos a favor. Eso sí, la tiparraca mariposas no dudó en oponerse, y aunque no lo hizo de manera demasiado tajante, inquiría una elección más neutral. Incluso su ayudante, o mano derecha, le había dado el voto a Hanabi. Ante la pregunta de la mujer, Datsue contestó que incluso siendo presidente de la república seguro podía dejar las cosas atadas en lo que el mundo entero enfrentaba a la amenaza de mayor calibre: Kurama.
Hayato no pudo si no admirar los vuelcos, los vaivenes que daba la reunión. Era asombroso, y sintiéndolo mucho, se sentía totalmente desubicado. No encajaba realmente en ésta reunión, no era más que un cero a la izquierda. Aunque por otro lado, quizás ésto era otro movimiento de ajedrez, buscando que el chico tomase de éstas reuniones y situaciones experiencia.
Puto tablero de ajedrez...