27/03/2022, 22:53
Datsue puso cara de circunstancias cuando Shanise señaló el precio de su idea: la mesa. Antes de marcharse, tenía que acordarse de preguntarle a Hayato si llevaba algo suelto. Para pagar los desperfectos, claro. Sería de mala educación irse sin más. «¿O lo cargo a la Villa como “gastos diplomáticos”? Sí, supongo que encajaría».
Pues no, no lo había contemplado. De hecho, estaba tan centrado en la reunión que el pequeño comentario del Gran Shukaku se le olvidó al cabo de dos segundos.
Daruu tomó la palabra, dejando caer la posibilidad de que quizá Kurama no era tan fuerte como quería aparentar. De haber estado allí Akame, hubiese citado a un antiguo general cuya mítica frase era: muéstrate débil cuando eres fuerte, y fuerte cuando eres débil. «¿Por qué tengo que recordar ahora a Akame? Joder, largo de aquí», le escupió a su consciencia, molesto.
Volviendo a centrarse, estaba bastante de acuerdo con Daruu en que cojeaban de la rama de inteligencia. Kurama sabía mucho de ellos, y ellos muy poco de él. ¡Ni siquiera conocían a la mitad de sus Generales! Ni donde estaban ubicados, o Kurama mismo. ¡Nada! Claro que, conseguir dicha información no era tan fácil. Si no tenía mal entendido, esa había sido la mismísima misión de Yui… y había muerto en el proceso. ¿A quién enviarían ahora, después de que la propia Tormenta pereciese?
Fuese como fuese, someter a Kurama al desgaste del hambre era una idea brillante por parte de Daruu, y tenía muy bien estudiado cada detalle para llevarlo a cabo. El Uchiha siempre se había considerado inteligente para romper los planes de otros —y no tanto para hacerlos—, y en un rápido ejercicio de ponerse en el lugar de Kurama, no se le ocurría forma de contrarrestar aquello… más allá de impedir que tomasen los tres puntos claves.
Sin embargo, Hayato tenía algo que decir al respecto, y lo hizo susurrándole al oído. Había escogido a aquel chico para el viaje como quien lanza un dado —algo que jamás reconocería a nadie—, pero, desde luego, no le había salido una pifia.
—No tengas miedo en expresarte abiertamente, Hayato. Te traje precisamente conmigo porque siempre piensas fuera de la caja. —La mentira fue tan gorda, tan descarada y con la naturalidad de quien está acostumbrado a hacerlo como respirar, que de sus labios sonó a una verdad franca y honesta—. Veréis, Hayato teme el último punto que propuso Daruu… la estampida final.
»Y comparto su preocupación. Concentrar nuestros tres ejércitos a gran escala en una zona tan concreta tiene sus peligros. Todos sabemos lo que puede hacer una Bijūdama. Si no nos andamos con ojo, Kurama podría acabar con todo de un solo golpe… y decantar la balanza definitivamente a su favor.
»Lo que me lleva al primer punto de Daruu: sí, estoy de acuerdo, necesitamos información y la necesitamos cuanto antes. Somos ninjas, al fin y al cabo. Nuestra especialidad es el espionaje, la infiltración. Cuando tengamos oportunidad, capturar a algún ninja de copo de nieve no estaría mal tampoco. Ojalá a un General, aunque me temo que estando una parte de Kurama en ellos… Bueno, la interrogación sería poco menos que imposible.
«¿Has pensado en la opción de pagarlo de tu bolsillo?»
Pues no, no lo había contemplado. De hecho, estaba tan centrado en la reunión que el pequeño comentario del Gran Shukaku se le olvidó al cabo de dos segundos.
Daruu tomó la palabra, dejando caer la posibilidad de que quizá Kurama no era tan fuerte como quería aparentar. De haber estado allí Akame, hubiese citado a un antiguo general cuya mítica frase era: muéstrate débil cuando eres fuerte, y fuerte cuando eres débil. «¿Por qué tengo que recordar ahora a Akame? Joder, largo de aquí», le escupió a su consciencia, molesto.
Volviendo a centrarse, estaba bastante de acuerdo con Daruu en que cojeaban de la rama de inteligencia. Kurama sabía mucho de ellos, y ellos muy poco de él. ¡Ni siquiera conocían a la mitad de sus Generales! Ni donde estaban ubicados, o Kurama mismo. ¡Nada! Claro que, conseguir dicha información no era tan fácil. Si no tenía mal entendido, esa había sido la mismísima misión de Yui… y había muerto en el proceso. ¿A quién enviarían ahora, después de que la propia Tormenta pereciese?
Fuese como fuese, someter a Kurama al desgaste del hambre era una idea brillante por parte de Daruu, y tenía muy bien estudiado cada detalle para llevarlo a cabo. El Uchiha siempre se había considerado inteligente para romper los planes de otros —y no tanto para hacerlos—, y en un rápido ejercicio de ponerse en el lugar de Kurama, no se le ocurría forma de contrarrestar aquello… más allá de impedir que tomasen los tres puntos claves.
Sin embargo, Hayato tenía algo que decir al respecto, y lo hizo susurrándole al oído. Había escogido a aquel chico para el viaje como quien lanza un dado —algo que jamás reconocería a nadie—, pero, desde luego, no le había salido una pifia.
—No tengas miedo en expresarte abiertamente, Hayato. Te traje precisamente conmigo porque siempre piensas fuera de la caja. —La mentira fue tan gorda, tan descarada y con la naturalidad de quien está acostumbrado a hacerlo como respirar, que de sus labios sonó a una verdad franca y honesta—. Veréis, Hayato teme el último punto que propuso Daruu… la estampida final.
»Y comparto su preocupación. Concentrar nuestros tres ejércitos a gran escala en una zona tan concreta tiene sus peligros. Todos sabemos lo que puede hacer una Bijūdama. Si no nos andamos con ojo, Kurama podría acabar con todo de un solo golpe… y decantar la balanza definitivamente a su favor.
»Lo que me lleva al primer punto de Daruu: sí, estoy de acuerdo, necesitamos información y la necesitamos cuanto antes. Somos ninjas, al fin y al cabo. Nuestra especialidad es el espionaje, la infiltración. Cuando tengamos oportunidad, capturar a algún ninja de copo de nieve no estaría mal tampoco. Ojalá a un General, aunque me temo que estando una parte de Kurama en ellos… Bueno, la interrogación sería poco menos que imposible.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado