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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#59
Esa banda... ¿No es la que atacó a todos los señores feudales? ¿La que atacó el torneo ese? —preguntó el acompañante del Uzukage.

Se dirigiera a su líder o no, fue Ranko la que respondió a su pregunta:

Así es, Hayato-san. Ellos atacaron, destruyeron el estadio y masacraron a una multitud. Son gente altamente peligrosa, y lo serán más si se alían con Kurama.

Es cierto que Dragón Rojo continúa siendo un problema real, pero no podemos dividir nuestras fuerzas aún más, considerando que Kurama ya nos tiene bastante divididos —intervino la Arashikage.

No era mi intención dividir aún más nuestras fuerzas, Arashikage-dono —dijo Kintsugi, entralazando sendas manos—. Tan sólo advertiros de este nuevo peligro y de la posibilidad de que se terminen uniendo también a Kurama en un futuro próximo. Es algo que creo que debemos tener presente, para que no nos pille de sorpresa si se diera el caso.

Aún así, debemos encargarnos de estos hijos de puta. Una amenaza a Kusagakure es una amenaza a la alianza. Ya tenemos todo Ōnindo empapelado con sus caras, pero todavía nos falta terminar de apretarles la cuerda en el cuello.

Kintsugi asintió para sí misma, en un agradecimiento silencioso.

¿Yota? ¿Se refiere a Sasagani Yota? ¿Está muerto? —preguntó el Uzukage, que en esos momentos estaba leyendo la carta.

El mismo —respondió la Morikage—. Sobre eso... nadie ha visto el cuerpo para confirmarlo pero... Me temo lo peor.

No tenía a Uchiha Zaide por alguien que se retractara de sus palabras por compasión, precisamente. Y mucho menos después de haber recibido la bandana de su shinobi como obsequio. Kintsugi la había guardado con recelo, y en aquellos instantes estaba organizando batidas de búsqueda con el sentido del olfato de perros de shinobi Inuzuka. Pero, hasta el momento, no habían tenido resultados favorables.

Y, pese a todo, no era lo único que le preocupaba a Uchiha Datsue:

¿Qué pensáis hacer?[/psub] —le preguntó directamente—. [sub=mediumturquoise]Cuando llegue el día, si Zaide cumple su amenaza… ¿Cuál es el plan para evitar que Kusagakure se convierta en un cementerio?

¿Que qué haremos, Uzukage-dono? —preguntó la Morikage, alzando una ceja. Su voz se había convertido en un peligroso filo. Lentamente, se inclinó hacia el Uchiha y clavó una de sus manos en los restos de la mesa—. Lucharemos. Con todo lo que tenemos. Pero no pienso permitir que los aires de grandeza de un criminal dicte cómo debe regirse la política de nuestra aldea, o de nuestro país. No pienso permitir que ese monstruo pisotee la memoria de Moyashi Kenzou. Y si eso significa nuestra extinción, así habrá de ser. Pero no voy a condenar a mi gente a otra democracia de esas sólo porque alguien como él lo exija.

Obviamente Zaide se está refiriendo a Uchiha Akame —siguió explicando, refiriéndose al misterioso Transportista de Bijū—. Puede teletransportarse a cualquier sitio en el que haya estado, llevándose a personas con él. Estuvo en Kusagakure conmigo. Un día. Yo podría… podría hacer memoria y señalarle en el mapa los puntos por los que fuimos pasando. Que yo recuerde, estuvimos juntos en todo momento. Podría apostar guardias por la ruta que recorrimos. Pero estamos hablando de una tarea titánica. Está el puente, las puertas de la villa, todo el camino que conduce al dojo del Morikage. El propio interior del dojo…

Agradezco la propuesta, Uzukage-dono. Y lo agradecería aún más si pudiera llevarse a cabo —agregó Kintsugi, inclinando la cabeza. Aunque no fuera posible apostar tantos guardias, contar con esa información al menos les aportaría una herramienta con la que trabajar en caso de que el Uchiha de Dragón Rojo cumpliera con su amenaza.
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Mensajes en este tema
RE: La reunión de los nuevos Tres Grandes - por Aburame Kintsugi - 9/04/2022, 16:27


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