24/04/2022, 19:02
—Bueno, pues eso es todo, Suzaku. Ya puedes retirarte —la despidió, con una pequeña sonrisa que Suzaku no supo cómo interpretar—. Ha sido un placer charlar contigo.
—¡Para mí también, Uzukage-sama! —respondió Suzaku, con otra reverencia—. Y... ¡mucho ánimo con el resto de entrevistas!
«Especialmente con la de mi hermana...» Añadió para sus adentros.
Con una última reverencia, Suzaku se dio media vuelta y salió del despacho. Mientras bajaba por las escaleras, y sus ojos recorrían los retratos de los anteriores Uzukage, su mente no podía parar de repetir, una y otra vez, el mismo ruego:
«Por favor, hermana: No la líes. Al menos demasiado.»
—¡Para mí también, Uzukage-sama! —respondió Suzaku, con otra reverencia—. Y... ¡mucho ánimo con el resto de entrevistas!
«Especialmente con la de mi hermana...» Añadió para sus adentros.
Con una última reverencia, Suzaku se dio media vuelta y salió del despacho. Mientras bajaba por las escaleras, y sus ojos recorrían los retratos de los anteriores Uzukage, su mente no podía parar de repetir, una y otra vez, el mismo ruego:
«Por favor, hermana: No la líes. Al menos demasiado.»