5/06/2022, 20:53
Todas parecían estar vibrando en la misma frecuencia al final, lo cual era bueno considerando el escaso tiempo de vida que tenía para esa altura el proyecto de equipo. Y esto sería bien recibido por el instructor, quien buscaría tranquilizar al grupo con unas conciliadoras palabras y gesticulaciones.
El hombre quería sinceridad, y la médica estaba dispuesta a darla, desde sus maneras al menos.
La kunoichi se acomodó los lentes mientras apreciaba la demostración de habilidades del hombre. Había llegado el momento de trabajar, y del interior del pergamino había extraído el armamento necesario para que las chicas se pusiesen manos a la obra.
«¡Qué práctico que es el fuuinjutsu...!»
No pudo evitar reflexionar para si misma en aquel instante.
El sensei procedería a explicar la tarea de la que debían encargarse y el curso de acción general que debían seguir y aclararía que él se retiraría a una sala para esperar, y que desde esta podría monitorear su progreso. Y antes de retirarse les dejaría una consigna adicional, la de buscar un apodo para el equipo que estaban a punto de formar.
Moguko se limitaría a asentir con obediencia a las palabras del hombre, realmente no tenía ninguna clase de reclamo ni petición especial para hacer. Si algo tenía que coordinar era con sus compañeras.
—¿Probamos desmantelar uno de los paneles? Nunca he hecho algo como esto...
Y fue en ese instante que una pequeña mala costumbre suya se manifestó.
—¿Pero qué tan difícil puede ser?
Una suerte de Tourette, la kunoichi adelantándose al hecho de que quizás sus habilidades no estuviesen del todo a la altura del reto.