6/06/2022, 17:47
Después de casi ahogarse, ser rescatada y entonces tener que caminar durante ocho años por encima del mar sin más alimento que pan y peces para llegar hasta la orilla, Hana estaba relativamente tranquila. Estaba cansada, agotada, intentando recordar cómo se respiraba y funcionaba al mismo tiempo. Le ardían los pulmonas, las piernas y el pecho, todo en una gran masa de ardor.
Sin embargo, cuando Neiru le sonrió, Hana le devolvió una sonrisa debil. Estaba viva, que era mucho más de lo que había esperado al hundirse. Porque lo que esperaba era morir ahí mismo. La legendaria historia de su vida acabada en ahogamiento.
No dijo nada, pues su capitana estaba hablando. Y su capitana le desveló el mayor secreto de los shinobi, la técnica más poderosa de todos los tiempos. Una técnica que les permitía volar. Neiru empezó a elevarse, levitando por encima del suelo sin hilos ni nada que denotase ninguna diferencia con su forma normal. Pero había ascendido. Ahora era una diosa del cielo.
—Ven —
La sonrisa de Neiru hizo que Hana confiase de inmediato en su capacidad de volar, o tal vez fue la técnica que acababa de hacer en ella. De forma instantanea, Hana notaría sus pies separarse del suelo también.
— Pu... ¡Puedo volar! — gritaría extasiada.
No solo podía volar, podía controlar libremente su movimiento en el aire. Como si estuviese en el agua pero sin el peso del agua por todo su cuerpo, se movía como el viento. Subió y bajó y empezó a dar vueltas siempre con Neiru en el centro. Hasta que su kage tuvo que hablar y cortarle el rollo, recordandole que aún estaban en una guerra.
— Escuchad, Neiru, Hana. Ya que podéis volar, necesito que hagáis una breve misión de reconocimiento. —
A continuación, les pidió que subiesen hasta lo alto del acantilado y comprobasen la zona antes de nada. Hana estuvo flotando a la altura exacta para mirar a Datsue por encima, como si fuese más alta que él. Se podría acostumbrar a esa perspectiva.
— Claro, sin problema. — dijo de inmediato la genin, dandose cuenta tarde que se estaba colando a su superior directa, Neiru.
Miró a su compañera de vuelo y esperó a que ella misma contestase y, en caso afirmativo, emprendiese el camino.
Sin embargo, cuando Neiru le sonrió, Hana le devolvió una sonrisa debil. Estaba viva, que era mucho más de lo que había esperado al hundirse. Porque lo que esperaba era morir ahí mismo. La legendaria historia de su vida acabada en ahogamiento.
No dijo nada, pues su capitana estaba hablando. Y su capitana le desveló el mayor secreto de los shinobi, la técnica más poderosa de todos los tiempos. Una técnica que les permitía volar. Neiru empezó a elevarse, levitando por encima del suelo sin hilos ni nada que denotase ninguna diferencia con su forma normal. Pero había ascendido. Ahora era una diosa del cielo.
—Ven —
La sonrisa de Neiru hizo que Hana confiase de inmediato en su capacidad de volar, o tal vez fue la técnica que acababa de hacer en ella. De forma instantanea, Hana notaría sus pies separarse del suelo también.
— Pu... ¡Puedo volar! — gritaría extasiada.
No solo podía volar, podía controlar libremente su movimiento en el aire. Como si estuviese en el agua pero sin el peso del agua por todo su cuerpo, se movía como el viento. Subió y bajó y empezó a dar vueltas siempre con Neiru en el centro. Hasta que su kage tuvo que hablar y cortarle el rollo, recordandole que aún estaban en una guerra.
— Escuchad, Neiru, Hana. Ya que podéis volar, necesito que hagáis una breve misión de reconocimiento. —
A continuación, les pidió que subiesen hasta lo alto del acantilado y comprobasen la zona antes de nada. Hana estuvo flotando a la altura exacta para mirar a Datsue por encima, como si fuese más alta que él. Se podría acostumbrar a esa perspectiva.
— Claro, sin problema. — dijo de inmediato la genin, dandose cuenta tarde que se estaba colando a su superior directa, Neiru.
Miró a su compañera de vuelo y esperó a que ella misma contestase y, en caso afirmativo, emprendiese el camino.