30/06/2022, 04:14
(Última modificación: 30/06/2022, 12:52 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
Frente al Uchiha, un chico apareció flotando a escasos centímetros del suelo sin darle la más mínima importancia al hecho de que estaba completamente rodeado de Uzujin, aunque la mayoría de ellos estaba atrapado en el barro sin tener la más mínima posibilidad de salir de allí. Se trataba de un chico relativamente delgado y pálido, pero con una fuerte musculatura que mostraba con confianza con un chaleco blanco sin nada debajo. Los ojos del chico, antes azul eléctrico, se habían tornado anaranjados y afilados y como si de dos pinchos más en su cabello azul que siempre está en punta, dos orejas de zorro hechas de chakra crecieron en su cabeza, anaranjadas también. Aquel joven no parecía asustado en lo absoluto, pues había algo. No. Alguien que le daba fuerzas, alguien mucho más grande que Uchiha Datsue, cualquier otro ninja e incluso más grande que él mismo.
Raiden abrió los brazos.
— ¡TODO EL MUNDO! —De un bramido, él también llamó la atención de sus ninja, pero no pareció tener del todo mismo efecto intimidatorio en los Uzujin—. Detrás de mí. Nadie caerá mientras yo esté en pie.
Los ninja que antes estuvieron a punto de rendirse antes volvieron a tomar sus armas, decididos. Quizás fue por ver aquel brillo que caracterizaba a su dios, o quizás fue la confianza que tenían en su general, pero en cuanto ese chico apareció la duda abandonó los corazones de los ninjas de Kurama. Nadie huiría mientras el general se mantuviese en pie.
— Mi nombre es Raiden, General del ejército del señor Kurama. —Diría entonces, poniéndose en guardia—. Hoy seré vuestro rival.
Tras el general, el combate había vuelto a estallar mientras el escuadrón 42 y el Uzukage se veían completamente aislados de este.
Raiden abrió los brazos.
— ¡TODO EL MUNDO! —De un bramido, él también llamó la atención de sus ninja, pero no pareció tener del todo mismo efecto intimidatorio en los Uzujin—. Detrás de mí. Nadie caerá mientras yo esté en pie.
Los ninja que antes estuvieron a punto de rendirse antes volvieron a tomar sus armas, decididos. Quizás fue por ver aquel brillo que caracterizaba a su dios, o quizás fue la confianza que tenían en su general, pero en cuanto ese chico apareció la duda abandonó los corazones de los ninjas de Kurama. Nadie huiría mientras el general se mantuviese en pie.
— Mi nombre es Raiden, General del ejército del señor Kurama. —Diría entonces, poniéndose en guardia—. Hoy seré vuestro rival.
Tras el general, el combate había vuelto a estallar mientras el escuadrón 42 y el Uzukage se veían completamente aislados de este.