Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Aquella contestación, y el visible enfado de Umi pillaron por sorpresa a Suzaku. Las dos hermanas solían picarse a menudo, pero rara era la vez que se insultaban o se respondían de aquella forma tan cortante. Sabía que a su hermana no le caía nada bien Uchiha Datsue, ni él ni ningún otro Kage anterior a él, ¿pero a tanto llegaba su frustración? No era el mejor momento para ponerse así con chiquilladas. ¡De hecho era el peor! Y que tuviera que ser la hermana pequeña la que se diera cuenta de algo así...
—Espera... espera —le dijo Umi, cuando la alcanzó en la pared del acantilado. Jadeaba, sujetando en la mano la misma cuerda que las había mantenido unidas en su travesía por el mar hasta la playa—. Atémonos entre tú y yo con esto. Y atemos luego el hilo a la cuerda. De esta forma no tendremos que preocuparnos de sujetar el hilo y estaremos aseguradas las dos. Espero.
—Buena idea —asintió la pelirrosa, mientras procedía a atar con toda la firmeza que fue capaz el hilo shinobi a la cuerda, y Umi las ataba a ambas. Tan sólo esperaba no terminar cayendo de alguna manera... Y que cayeran las dos—. ¡Vamos, no nos podemos quedar atrás! ¿O quieres que Uzukage-sama vuelva a regañarte? —La picó, con una sonrisa maliciosa antes de volver a emprender el ascenso hasta la cima.
¿Pero había que subir o no? porque eso de ahora si y ahora no era un poco demasiado confuso. Pero la orden fue clara. Debíamos esperar a que nos volviesen a indicar que podíamos proceder con la operación de escalado. Mientras tanto, Hayato obró el milagro y sustrajo un hilo shinobi. Alcé el pulgar.
— Es perfecto —rebusqué en mi portaobjetos hasta que encontré lo que estaba buscando.— Con estos dos amiguitos podremos unir ambas partes del hilo para poder escalar.
Un par de kunais que iban a cumplir con el, peligroso cometido de hacer de punto de unión entre Hayato y yo.. Vi como la gente empezaba a subir a medida que iban discutiendo los unos con los otros y Neiru y Hana volaban, vigilando que nadie tropezase con aquella pared. Tan solo esperaba que pronto llegásemos a tierra firme y uniforme para poder centrarme en destrozar a nuestro enemigo y no en ver si el siguiente paso iba a ser el del tropiezo mortal.
«Al fin», pensó, cuando se incorporó por encima del acantilado y pisó suelo firme. Aún sabiendo que tenía sus métodos para librarse de una caída mortal, mirar abajo le causaba cierto vértigo. Miró a su alrededor, con ojos analíticos. La explanada que les conducía a las murallas no le gustaba un pelo. Estaban demasiado expuestos, y la vía de escape a sus espaldas era complicada, cuanto menos. Si Uchiha Datsue fuese el defensor de aquella improvisada fortaleza, aniquilaría a los enemigos que apareciesen donde estaban ellos como le viniese en gana.
«No es hora de improvisar. No es hora de dudar. Sabíamos las circunstancias cuando confeccionamos el plan. La noche es nuestra aliada; la oscuridad nuestra fiel amante». O eso quería pensar.
Tras asegurarse que todos y cada uno de sus ninjas habían escalado el acantilado, miró al frente y entrelazó las manos sobre la boca. Entonces, emitió la señal que habían acordado con el espía infiltrado:
No era hora de improvisar. No era hora de dudar. Eso era algo que todos los uzujin tenían presente en mayor o menor medida o, al menos, algo que debían tener presente todos y cada uno de ellos. Incluso los más novatos se esforzaron en mantener la calma y el silencio, haciendo que durante varios segundos lo único que pudiesen escuchar fuese su propio respiración y el sonido de las olas en la distancia.
Pocos instantes después, todos pudieron escuchar el canto de un búho seguido de un segundo canto proviniendo del guardia. El plan estaba en marcha y la puerta estaba a punto de abrirse en cualquier momento. Tardaron apenas unos pocos segundos. Unos pocos segundos a los que muchos podrían llamar sin dificultad alguna los segundos más tensos de sus vidas, pero la espera no fue demasiado larga, por suerte, pues tras esos pocos segundos... ¡una bomba de luz cayó justo frente a Datsue! El flash de luz fue tan potente que cegó a todos los genin, al Uzukage y a varios ninjas diez metros a la redonda. Ni siquiera Hana, que estaba volando, consiguió escaparse del flashazo. En cambio, lo que sí pudo ver la genin fue quien lo hizo. Se trataba de su capitana, Tsuta Neiru.
Datsue en medio de la confusión por el flashazo sentiste un pinchazo en el costado. No, más que un pinchazo sentiste una jodida puñalada que se quedó a escasos milímetros de perforar algún órgano importante (50 PV).
Pasaron varios segundos durante los que nuestros protagonistas no pudieron ver nada, solo escuchar. Pudieron escuchar a algo o alguien caer cerca suyo directamente contra el suelo. Se trataba de Himura Hana, quien había empezado a caer en el instante en el que Neiru canceló su técnica. Luego, pudieron escuchar las voces de algunos de sus compañeros que no habían sido cegados.
— ¡Nos atacan! ¡Desde el cielo! —Gritaban.
Además de escuchar, pudieron sentir. Sintieron como sus piernas empezaban a hundirse en el barro que rápidamente se endureció, atrapándolos (Poder 50) y entonces, cuando la luz cegadora y el ardor en los ojos empezó a convertirse en puntitos y manchas de colores, todos ellos pudieron ver como dos enormes esferas de lava (100 PV cada una) empezaban a caer del cielo muy lentamente como dos enormes meteoritos directamente sobre ellos. También pudieron ver a Tsuta Neiru, su capitana, sobrevolar los proyectiles mientras se dirigía directamente hacia la fortaleza. No recibió ningún ataque por el camino, pero eso no era importante de momento. ¡Tenían que hacer algo! Y tenían que hacerlo pronto.
Eso sí, si el Uzukage planeaba hacer algo para ayudar como el escudo que era, se daría cuenta rápidamente de que estaba muy, muy mal. Su vista estaba nublada, su cuerpo se sentía débil y se encontraba realmente mareado. Algo andaba mal.
A sus costados pudieron varios ninjas que definitivamente no estaban allí antes del flash de luz. Probablemente se trataban de los que los habían atrapado en el barro, pero parecía demasiado exhaustos como para ser un peligro, de momento.
¤ Ambrosía Corrupta - Tipo: Objeto - Tamaño: Pequeño - Requisitos:Iryō-Nin 80, Digestión de Toxinas - Efectos: Reduce el Aguante, Agilidad, Destreza y Percepción del objetivo a la mitad, redondeado hacia arriba, durante 4 turnos.
Neiru, descubrió que su cuerpo sintetizaba los venenos ingeridos en una toxina residual bastante potente. Su sangre de por sí no es tóxica, pero puede extraer muestras y procesarlas posteriormente para aislar un veneno líquido que puede almacenar en frascos para su futuro uso como cualquier otro veneno, limitado a un frasco como máximo que, tras su uso, no podrá extraer otro frasco a menos que hayan pasado 6 meses tras la última extracción; tiempo que tarda su cuerpo en producir de nuevo la toxina.
Este veneno líquido afecta severamente el cuerpo de la víctima, atrofiando los músculos y causando una fatiga y debilidad general en el cuerpo similar a un estado soporífero, además de una fuerte sensación de mareo que se manifiesta como la disminución en ciertos atributos de la persona afectada. La potencia de este veneno es tal, que los antídotos comunes no pueden disiparlo, pero si disminuir su efectividad reduciendo la duración del efecto a la mitad (redondeado hacia abajo). Solo es posible crear un antídoto perfecto para esta toxina mediante el Saikan Chūshutsu no Jutsu.
¤ Yōton: Yogen no Hoshi ¤ Elemento Lava: Estrella de la Profecía - Tipo: Ofensivo (quemadura) - Rango: S - Requisitos:Yōton 50 - Gastos: 60 CK - Daños: 100 PV - Efectos adicionales: - Sellos: Perro → Palmada (Sostenido durante tiempo igual a carga 5) - Velocidad: Rápida (creación), Lenta (avance) - Alcance y dimensiones: La bola de lava mide 4 metros y avanza hasta 10 metros, estallando en un área de 6 metros al caer o o al entrar en contacto con su objetivo
El usuario junta chakra mientras mantiene las palmas unidas, escupiendo lava al cielo hasta formar una enorme bola de lava que luego volará en arco y caerá sobre una zona designada, estallando al momento del impacto. Pese a ser lenta, el estallido es muy peligroso ya que puede alcanzar a la víctima aún cuando esta haya esquivado el ataque inicial
¤ Doton: Yomi Numa ¤ Elemento Tierra: Pantano del Inframundo - Tipo: Ofensivo (contundente) - Rango: A - Requisitos:Doton 70 - Gastos: 75 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Captura a un enemigo, grupo de enemigos o criatura durante 5 turnos - Sellos: Jabalí → Tigre → Serpiente → Liebre → Serpiente - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: El pantano puede crearse a una distancia de 10 metros, y mide todo lo que sea necesario para capturar al enemigo, grupo de enemigos o criatura en cuestión
El usuario transforma la superficie de cualquier objeto que haya bajo un enemigo o grupo de enemigos, conviertiéndola en barro y creando un pantano en el que cualquier adversario se hunde. El poder del chakra imbuido dentro del pantano es tan fuerte que hace el barro muy adherente, impidiendo a cualquier enemigo, grupo de enemigos o criatura de cualquier tamaño escapar durante un tiempo. La atadura permanecerá activa siempre y cuando la Fuerza de la víctima no sea mayor que el Poder del usuario.
A Hana le hubiese encantado decir que se había confundido. Que Neiru había errado el tiro de la bomba de luz. Pero ¿por qué iba a lanzar una bomba de luz ahora? Estaban solos, a punto de entrar sigilosamente en el lugar. No había ninguna otra opción que la obvia.
— ¡Es Neiru! ¡Es una traidoraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh! — gritó a pleno pulmón para caer completamente cegada contra el suelo.
Se había llevado las manos a los ojos para frotarselos, totalmente fulminados por el destello, lo cual hizo todavía más contundente el golpe contra el suelo. Esa perra había cancelado la técnica, haciendola caer a toda velocidad y golpeandose contra la dura roca. No había podido amortiguar la caida, completamente cegada, así que quedó sin aliento planchada contra el suelo.
Apenas pudo ponerse de rodillas, frotandose los ojos, cuando el suelo se convirtió en un denso barro que atrapó toda la parte inferior de su cuerpo. No habían siquiera entrado en el lugar y ya estaban en una emboscada y ella completamente atrapada.
— ¡Chicos! ¡No puedo moverme!
Una traidora. Su capitana, Tsuta Neiru, era una traidora. Ni siquiera había estado con ella tanto tiempo, casi ni habían hablado, pero la idea la ponía enferma. Su traición ardía en su pecho más que ningun golpe que pudieran darle. ¿Cómo podía haber hecho algo así? Toda la ilusión que había sentido cuando la había hecho volar se estampó a tanta velocidad como había hecho ella. De repente, todo era mucho más oscuro que antes. Pero no había tiempo para ahondar en el dolor de su corazón.
Se sobrepuso a todo eso tan rápido como pudo, encadenando cuatro sellos para hacer una contención de emergencia. Si los demás no podían detener el meteorito, al menos habría un muro de seis metros de altura y cuatro de largo para parar lo que cayese (80 PV de defensa). El muro aparecería frente a ella con su más que reconocible espiral en la pared.
Una vez volviese a ver intentaría localizar a sus compañeros y ver si estaban bien, a saber qué había hecho Neiru después de cegarles.
¤ Doton: Doryūheki ¤ Elemento Tierra: Muro de Estilo Tierra - Tipo: Defensa - Rango: B - Requisitos:Doton 20 - Gastos:
16 CK
(Doton 40) (multiplicable x2)
(Doton 60) (multiplicable x3)
(Doton 80) (multiplicable x4)
(Doton 100) (multiplicable x5)
- Daños: - - Efectos adicionales: Defiende 40 PV - Sellos: Tigre → Liebre → Jabalí → Perro - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: La barrera mide 2 metros de ancho y 3 de alto (aumenta con la multiplicación)
El usuario crea una pared sólida de tierra como forma de defensa. El ejecutor de la técnica puede convertir su chakra en tierra dentro del cuerpo y escupirlo para formar la barrera, o manipular la tierra frente a él con el mismo objetivo. Entonces, la tierra se levanta y se endurece de forma casi instantánea, protegiéndolo. Dadas las propiedades especiales de la tierra, la pared es altamente resistente al agua, pero es débil a ataques de elemento rayo. Los usuarios pueden personalizar la apariencia de la barrera, a efectos totalmente interpretativos.
25/06/2022, 21:00 (Última modificación: 25/06/2022, 21:01 por Aotsuki Ayame.)
Umi y Suzaku llegaron a la cima del acantilado algo más retrasadas que el resto de sus compañeros de escuadrón. Ahora estaban rodeados por la noche y el más absoluto silencio. Suzaku respiraba entrecortadamente, aún recuperándose de la travesía por el océano y la posterior escalada vertical. Tal y como les habían anunciado, no parecía haber nadie esperándoles allí arriba... por ahora. Y el tenso silencio que no tardaría en verse roto por el canto de un búho, al que le respondió otro en la distancia. Era la señal. Las puertas estaban a punto de abrirse.
Sin embargo, lo que pasó fue algo muy diferente. Algo que, con toda probabilidad, ninguno de los allí presentes podría haber previsto. Suzaku aulló de dolor cuando la oscuridad de la noche se vio desgarrada por el súbito resplandor de una estrella que acuchilló sus ojos. Confundida, aturdida, y sin saber muy bien lo que estaba ocurriendo, la pelirrosa se revolvió de forma salvaje, buscando a Umi con sus manos. Fue entonces cuando escuchó el grito de Hana, justo antes de que terminara cayendo al suelo, cerca de su posición:
—¡Es Neiru! ¡Es una traidoraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhh!
—¡Traidora! —rugió Suzaku, llena de rabia.
—¡Nos atacan! ¡Desde el cielo! —Oyó decir a alguien en la distancia.
No reconoció su voz, pero no le importó en ese momento. Entre lágrimas de dolor, Suzaku se obligó a abrir los ojos. Sus iris se bañaron en el color de la sangre cuando el Sharingan se iluminó en la noche. Pero, aún con esas, seguía teniendo aquellas molestas motitas de luz enfrente.
—¿Pero qué...? —Una repentina rigidez en las piernas le obligó a mirar hacia abajo. La tierra, cargada con chakra, los había inmovilizado a todos. Era algún tipo de técnica.
—¡Chicos! ¡No puedo moverme![/sub] —La voz de Hana volvió a sobresaltarla. Aquel denso lodazal la había pillado aún arrodillada en el suelo.
—[color=hotpink]¡Yo... tampoco! —comunicó, intentando tirar de sus piernas con todas sus fuerzas. Pero era inútil. Aquel lodazal era demasiado fuerte. Prácticamente los habían pegado al suelo—. ¿Umi, estás bi...?
Pero su pregunta se vio interrumpida cuando sus ojos fueron testigos del infierno cayendo sobre la tierra: Lenta, pero de forma inexorable, dos enormes soles constituidos enteramente por lava caían sobre ellos desde el cielo.
«No puede ser...» Pensó, aterrada y petrificada. Todo pareció paralizarse a su alrededor y Suzaku dejó de escuchar. Sólo el frenético latido de su corazón ocupaba sus tímpanos. ¿Cómo iban a hacer frente a algo así?
La silueta de la traidora, Tsuta Neiru, sobrevoló los dos meteoritos y se dirigió a toda velocidad contra la fortaleza. No sufrió ningún ataque por el camino, lo que sólo confirmó sus sospechas. Pero no había tiempo para pensar demasiado en ella. Cerca de ella, Himura Hana levantó un enorme muro de tierra que buscaba contener el poder de los dos meteoritos. Pero todos sabían que no sería suficiente.
«¿Qué puedo hacer yo?» Se preguntaba Suzaku, desesperada. Repasaba una y otra vez su artillería, pero su abanico de posibilidades estaba muy reducido en aquellas condiciones: No conocía demasiadas técnicas a distancia, y las que sí conocía no eran demasiado potentes. «Si tan sólo dominara el Goukakyuu no Jutsu de los Uchiha...» Volvió a lamentarse, apretando los puños.
Al final, se decidió. No las tenía todas consigo, pero... ¡cualquier cosa que hiciera sería mejor que nada!
—Veamos si el fuego puede con la lava... —Suzaku entrelazó las manos en varios sellos, y tras tomar una buena bocanada de aire colocó el dedo índice y pulgar en forma de anillo frente a sus labios. Exhaló una bandada de bolas de fuego que ascendieron en el aire, sobrevolando el muro de tierra de Hana y buscando encontrarse con aquellos inmensos soles de lava (50 PV en total).
Tan solo recordaba que había llegado hasta arriba el último y alcancé a ver la silueta de Hana y Neiru todavía sobrevolando las cabezas de los demás. Todos y cada uno de los presentes esperando la siguiente orden o instrucción que tuviera que dar el Uzukage. Entonces llegó el jodido fogonazo que lo cambio todo. Todos perdimos la visión de forma súbita.
«¿En qué momento nos han pillado?»
Tan solo alcancé a escuchar los gritos de alarma. Todos y cada uno de ellos apuntaban a la autoria de la traición de Neiru. No tenía sentido. Pero, ¿y si era cierto? Ahora debíamos tomar una decisión, y hacerlod e forma rápida aunque antes había que lidiar con esas grandes bolas de ¿lava? que amenazaban a nuestra integridad física. La huida noe ra un plan viable, puesto que habíamos sido atrapados por una trampa de doton en los pies, así que había que contrarrestar con fuerza bruta. Miré a Suzaku que se había adelantado. Chasquee la lengua y mire a la otra Uchiha del escuadrón mientras que observaba de reojo el muro que trataba de levantar Hana.
— ¡Eh, tú! Umi, ¿verdad? unamos nuestros Gokakyos y carguémonos esas rocas
Se uniese a mi idea o no yo llevaría a cabo la ofensiva mientras el sharingan iluminaba aquella fría noche en mis orbes azabache. Una secuencia de sellos que hice lo más rápido posible y luego de mis fauces surgió una bola ígnea de 5 metros de diámetro.
«No es momento de dudar. No es momento de improvisar. La noche es nuestra aliada; la oscuridad nuestra fiel amante». En esas estaba pensando cuando el búho amigo respondió a su llamada. Entonces se produjo un flash, y la oscuridad se convirtió en una perra traicionera. Y entonces se oyó una acusación de traición, y la noche se volvió fría y desconfiable. Y entonces él emitió un aullido de dolor cuando un filo le penetró por un costado, apenas detenida por sus costillas, y todos y cada uno de sus planes cayeron como un púgil al recibir un knock out. Braceó a ciegas en busca de su agresor, pero, entonces…
Entonces sintió que sus pies, ¡los pies de todos sus ninjas!, se hundían bajo el fango de un pantano que les inmovilizaba. Y entonces, ¡solo entonces!, las dudas asomaron en su cabeza como un enjambre de abejas enfurecidas. Tenía que haberlo previsto. Tenía que haberlo visto venir. Tenía que haber cancelado la misión en cuanto no oyó más de la Operación Tambor de Raijin.
Tenía…
Tenía…
¡Tenía!
Cuando sus ojos lograron enfocar, dos esferas de lava se precipitaban hacia él y todos sus ninjas. Se mareó, al principio pensó que producto del miedo que le había emponzoñado el cuerpo como el peor de los venenos. Luego se dio cuenta que se trataba de algo más literal. En resumen, estaban en la más absoluta mierda, y fue en ese momento cuando también lo supo.
Les habían tendido una emboscada, pero ellos seguían contando con una sorpresa de su lado. Era imposible que los espías de Kurama hubiesen llegado a averiguarlo. Había sido extremadamente cauto en aquel aspecto. Solo Uchiha Raito lo sabía de antemano. Luego Neiru, pero ya aislada en un barco. Era el momento de mostrar la carta.
Sus orejas crecieron hasta convertirse en dos cuernos negros. Su pupila se volvió estrellada, acompañada de tres aspas y un iris dorado. Las marcas de sellado se dibujaron por un cuerpo más musculado, más monstruoso, con la boca serrada y una cola de arena.
Saltó, y sus pies de despegaron del suelo con la facilidad de un elefante tras pisar un chicle. Cinco, ocho, hasta diez metros de altura. Vio a una figura colarse entre las esferas de lava, que recibían ataques ígneos de sus ninjas. También a ninjas exhaustos en los flancos de su ejército. Enemigos, todos ellos.
«No. Cadáveres»
Pero antes de ocuparse de ellos, tenía que lanzar un mensaje. Tomó dos senbons de su portaobjetos. ¡Dos senbons! Los imbuyó de electricidad. Los lanzó (20PV cada uno, 121 de Poder). Uno a cada bola de lava, trazando una línea dorada a su paso.
¡¡¡Zzzzzzssssssssssssssssssttttt!!!
Era una broma de mal gusto. Un chiste mal contado. ¿Cómo iba la arma ninja más pequeña e insignificante del mundo penetrar aquellos dos gigantescos ninjutsus? Datsue no tenía la certeza. Shukaku no tenía todas las papeletas. Pero aquellos senbons iban imbuidos del poder más primitivo y feroz. De la inclemencia del desierto; de la venganza Uchiha.
No buscaba humillar. No era un bofetón en medio de un combate de boxeo para reírse del oponente. Simplemente era un mensaje. No, ya no un mensaje.
Una sentencia.
—¡¡¡NINJAS DE KURAMA!!! ¡¡¡UN MINUTO!!! —rugió, apoyándose en la cima de un muro de Doton, con la voz gutural de Shukaku vibrando en su tráquea—¡¡¡UN MINUTO PARA RENDIRSE!!! ¡¡¡UN MINUTO PARA HUIR!!!
Carisma 120 + 9 (Senju) + 20 (Poder > 100) = 149
»U os mandaré al mismo lugar al que envié a vuestro General Bakudan. ¡¡¡OS COLGARÉ DEL PUTOÁRBOL MÁS ALTO CON VUESTRAS PROPIAS ENTRAÑAS MIENTRAS TODAVÍA RESPIRÁIS!!!
»¡¡¡Y OS SELLARÉ EL ALMA PARA QUE SUFRÁIS TODA UNA ETERNIDAD!!!
»¿¡No me creéis!?¡Pensadlo otra vez! ¡SABÉIS QUIEN SOY!¡Y HEMOS HECHO COSAS PEORES!
Suzaku ató con fuerza el hilo shinobi a la cuerda. Viéndolo así, Umi dudó que en caso de caída el hilo no acabase cortando la áspera fibra, pero tenían que confiar en algo, y si no era en eso...
—¡Vamos, no nos podemos quedar atrás! ¿O quieres que Uzukage-sama vuelva a regañarte? —molestó Suzaku una vez más.
—Te estás ganando que te tire yo misma por el barranco —espetó Umi como respuesta—. Y estamos atadas. Cuando caiga contigo, aún te meto una buena.
Fuera como fuese, ambas volvieron a arrancar con la escalada, esta vez a un ritmo más regular. Afortunadamente, el hilo y la cuerda fueron suficientes y consiguieron llegar arriba con duro esfuerzo. Umi se esforzó en no mirar atrás. Sabría que le entraría vértigo, y entonces le temblarían las piernas hasta que terminase la misión.
Datsue emitió la señal. La señal fue correspondida. Y hasta ahí duró el plan, que fue interrumpido por el súbito fogonazo de un abonba de luz sorpresa. Umi no tuvo tiempo de decir nada, tan sólo de taparse los ojos y gemir de dolor.
Cuando sus compañeras alarmaron sobre su incapacidad de moverse, ella intentó, claro, mover las piernas. Pero estaban atrapadas bajo el barro.
No pudo hacer otra cosa. Fue instintivo. Podría haberse librado del barro con el Kaenka, quizás, pero eso hubiera implicado dejar a los demás a la suerte de esas dos gigantescas esferas de piedra fundida, de las que fue advertida por los gritos de algunos genin que no habían tenido la mala suerte de verse cegados por completo. Había una opción mejor.
—¡¡¡Suiton: Suishōha!!! —Umi escupió un torrente de agua hacia arriba, intentando, con la ayuda de sus compañeros, destruir el ataque enemigo, o al menos mitigarlo lo suficiente como para que no resultase una amenaza contra sus vidas. No solo esto, sino que esperaba que, al caer, el agua pudiese licuar un poco el barro en el que se hundían y todos pudiesen sacar sus piernas.
Luego, Umi sintió un revulsivo, y no supo lo que pasó realmente con aquellas esferas, porque su vista no estaba todavía exactamente recuperada. Pero sí vio crecer algo en su pecho al escuchar la voz de Datsue, entremezclada con aquél aullido gutural, aquél desafío.
Era poder. Era poder absoluto. ¿Sentía admiración? No, nadie podría sentir admiración en ese momento. Sentía... terror.
La cuestión es... si Umi sentía terror, y aquél monstruo estaba de su lado... ¿qué sentiría el enemigo?
Tragó saliva. Las piernas le temblaban. Y ni siquiera había mirado al acantilado.
30/06/2022, 03:32 (Última modificación: 30/06/2022, 13:12 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
A pesar de la confusión por la repentina emboscada, el escuadrón número 42 reaccionó rápida y eficazmente contra el ataque del ejército de Kurama. Hana creo un enorme muro de roca que podría, quizás, detener parcialmente el ataque. Suzaku y Natsu utilizaron sus mejores técnicas de fuego para combatir la lava, mientras que Umi optó por una opción más táctica, utilizando una técnica de agua para intentar cumplir dos propósitos a la vez.
Datsue, por su parte, no vio aquellos dos enormes meteoritos como un problema que resolver, sino como una oportunidad. Una oportunidad de dictar una sentencia. El Uzukage saltó incluso antes de que cualquiera de sus subordinados lanzase una técnica, prácticamente volando por encima del campo de batalla a la vez que sacaba dos diminutas agujas que cargó de una muy pequeña cantidad de electricidad cada uno antes de lanzarlas directamente contra las esferas de lava. Entonces sucedió lo impensable.
Ambas agujas chocaron contra las enormes estrellas que se cernían sobre ellos, desestabilizándolas y haciéndolas explotar casi por completo. Tan solo unas pequeñas esferas de lava del tamaño de un puño quedaron de lo que antes fueron dos jodidos meteoritos, y rápidamente esas dos esferas fueron eliminadas por el fuego de Suzaku, que terminaron de deshacerse fácilmente de lo que quedaba de lava. La gran bola de fuego de Natsu, al no encontrarse con nada, continuó de largo y golpeó con fuerza la espalda de Neiru, que salió despedida por los aires en una bola de fuego. La técnica de Umi subió... y bajó sin chocar con nada ni con nadie, pero los ninjas se darían cuenta mientras el agua caía como lluvia sobre ellos de que, efectivamente, el barro se había licuado un poco(Poder 40).
El Uzukage aterrizó sobre el muro con el símbolo de Uzushiogakure que, por suerte, no tuvo que detener ninguna técnica, y, por si el mensaje no les había quedado claro al ejército de Kurama, se los dijo alto y claro.
— ¡¡¡NINJAS DE KURAMA!!! ¡¡¡UN MINUTO!!! —Rugió más fuerte que un trueno, haciendo temblar hasta al más valiente de los soldados—¡¡¡UN MINUTO PARA RENDIRSE!!! ¡¡¡UN MINUTO PARA HUIR!!!
El campo de batalla pareció detenerse durante unos momentos. Nadie se atrevió a lanzar una sola técnica más.
»U os mandaré al mismo lugar al que envié a vuestro General Bakudan. ¡¡¡OS COLGARÉ DEL PUTOÁRBOL MÁS ALTO CON VUESTRAS PROPIAS ENTRAÑAS MIENTRAS TODAVÍA RESPIRÁIS!!!
Incluso sus propios ninjas parecieron haberse paralizado.
»¡¡¡Y OS SELLARÉ EL ALMA PARA QUE SUFRÁIS TODA UNA ETERNIDAD!!!
En aquel momento, los miembros del escuadrón 42 jurarían haber escuchado el sonido de algunos soldados tirar las armas al suelo. Eso si podían escuchar algo más que a su Uzukage en aquel momento, y entonces...
»¿¡No me creéis!?¡Pensadlo otra vez! ¡SABÉIS QUIEN SOY!¡Y HEMOS HECHO COSAS PEORES!
Cuatro rayos láser de color azul chocaron contra el símbolo de Uzushiogakure, destrozando completamente el muro, haciéndolo añicos. Entre los escombros, todos los ninjas pudieron ver un montón de rayos del mismo tipo que viajarían hasta cada uno de los genin a velocidad vertiginosa, uno para cada uno (16 PV). Cada proyectil por separado no había parecido la gran cosa, pero debían recordar que unos pocos de ellos habían sido suficientes para destrozar el muro de Hana, y definitivamente serían suficiente para mandarlos por los aires, lo que podría ser bueno, porque estarían liberados del barro si no habían salido ya.. o malo, porque tenían el barranco justo detrás de ellos.
Frente a Datsue, mientras caía, un joven apareció fruto de una técnica de movimiento instantáneo justo frente a él.
— Así que fuiste tú quien mató a Bakudan. —Le dijo apenas aparecer, intentando con todas sus fuerzas contener su ira—. ¡ERES HOMBRE MUERTO, UCHIHA DATSUE!
30/06/2022, 04:14 (Última modificación: 30/06/2022, 12:52 por Tsukiyama Daigo. Editado 1 vez en total.)
Frente al Uchiha, un chico apareció flotando a escasos centímetros del suelo sin darle la más mínima importancia al hecho de que estaba completamente rodeado de Uzujin, aunque la mayoría de ellos estaba atrapado en el barro sin tener la más mínima posibilidad de salir de allí. Se trataba de un chico relativamente delgado y pálido, pero con una fuerte musculatura que mostraba con confianza con un chaleco blanco sin nada debajo. Los ojos del chico, antes azul eléctrico, se habían tornado anaranjados y afilados y como si de dos pinchos más en su cabello azul que siempre está en punta, dos orejas de zorro hechas de chakra crecieron en su cabeza, anaranjadas también. Aquel joven no parecía asustado en lo absoluto, pues había algo. No. Alguien que le daba fuerzas, alguien mucho más grande que Uchiha Datsue, cualquier otro ninja e incluso más grande que él mismo.
Raiden abrió los brazos.
— ¡TODO EL MUNDO! —De un bramido, él también llamó la atención de sus ninja, pero no pareció tener del todo mismo efecto intimidatorio en los Uzujin—. Detrás de mí. Nadie caerá mientras yo esté en pie.
Los ninja que antes estuvieron a punto de rendirse antes volvieron a tomar sus armas, decididos. Quizás fue por ver aquel brillo que caracterizaba a su dios, o quizás fue la confianza que tenían en su general, pero en cuanto ese chico apareció la duda abandonó los corazones de los ninjas de Kurama. Nadie huiría mientras el general se mantuviese en pie.
— Mi nombre es Raiden, General del ejército del señor Kurama. —Diría entonces, poniéndose en guardia—. Hoy seré vuestro rival.
Tras el general, el combate había vuelto a estallar mientras el escuadrón 42 y el Uzukage se veían completamente aislados de este.
- PV:
350/350
–
- CK:
244/340
–
-96
– (Dividida)
Aspecto de Bijuu activado
Keijūgan no Jutsu activado
¤ Aspecto de Bijū - Tipo: Apoyo, Ofensivo - Requisitos: Ninguno - Gastos: 15 CK (onda de choque) - Daños: 25 PV (onda de choque) - Efectos adicionales:
El CK del bijuu accesible del usuario regenerará si no se usa chakra del bijuu
+6 a Fuerza, Resistencia, Aguante, Agilidad y Poder
- Velocidad: Muy rápida (onda de choque) - Alcance y dimensiones:La onda de chakra puede abarcar hasta cinco metros hacia delante.
Bajo un momento de especial estrés, tensión o peligro, con el simple acceso al chakra de su bestia, el jinchūriki comienza a experimentar su primera transformación. El jinchūriki del Kyuubi se ve rodeado por un delgado manto de chakra de color rojo y naranja que le otorga un aumento de sus capacidades físicas y un mayor ratio de cicatrización de sus heridas (no restaura PV). El chakra del bijū complementa al de su jinchūriki y es capaz de manipularlo hasta cierto punto, como formar una onda de choque utilizando un bramido o lanzando su puño para enviarla hacia el oponente, siendo capaz de dañarlo o desviar armas arrojadizas o incluso ataques. En esta forma, el cuerpo del jinchūriki experimenta ligeros cambios físicos: sus iris se tornan de un color rojo, y sus pupilas se vuelven afiladas. Sus colmillos y sus uñas crecen.
¤ Ranton: Reizā Sākasu ¤ Elemento Tormenta: Circo de Láseres - Tipo: Ofensivo (quemadura) - Rango: S - Requisitos:Ranton 80 - Gastos: 96 CK - Daños: 16 PV/láser - Efectos adicionales: Ceguera temporal al momento de la ejecución - Sellos: Tigre → Perro → Serpiente → Dragón - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: 15 metros de longitud
El usuario, tras realizar los sellos de la técnica, coloca las dos palmas de sus manos hacia adelante, y se rodean de un halo de energía del tamaño de una pelota de fútbol que ciega a sus adversarios temporalmente. Entonces surgen 10 láseres de energía que salen disparados hacia el o los enemigos. El usuario es capaz de alterar la dirección de los rayos después de ser lanzados, haciendo posible atacar a varios objetivos con gran precisión, incluso rodeando a posibles rehenes o aliados en el camino; o de, por ejemplo, perseguir a un adversario si trata de evitar la técnica.
Por unos segundos, creyó que los tenía. Por unos segundos, creyó realmente que con tan solo su lengua —su arma más poderosa, bien era cierto— podría ganar aquella batalla sin lucharla. La puesta en escena con los senbonbs había sido buena; el discurso posterior había tenido garra. Entonces vio cuatro láseres viajar en su dirección, y el muro sobre el que se sostenía y sus ilusiones se vieron cortadas como mantequillas.
Datsue cayó, no de manera tan elegante como hubiese querido, casi perdiendo el equilibrio al apoyarse encima de un trozo del muro derruido para no verse ralentizado por el barro. Frunció el ceño, extrañado. Su cuerpo no terminaba de responderle bien.
Le habían envenenado, de eso estaba convencido. Pero un ninja se le había presentado de golpe y tenía cosas más urgentes de las que preocuparse. O eso pensaba, hasta que el chico se puso hablar. Aprovechó el momento para llevarse un par de píldoras a la boca. Una estimuladora de sangre y un antídoto.
«¡JAAAJIAJIAJIA! ¡Otro Generalucho! ¡Mi hermano debe estar desesperado, ya contrata a cualquiera! ¡JIA JIA JIA! ¡A este ritmo vamos a coleccionarlos!»
Datsue no estaba tan alegre. No, un General era un problema, y en sus condiciones, uno de los gordos. No obstante, no podía dejar que la preocupación asomase a su rostro. Debía seguir mostrándose fuerte, incluso cuando seguía sintiéndose enfermo y débil por el veneno. Debía seguir mostrándose majestuoso e irreductible, incluso cuando la vida le había enseñado a golpes que él no era, ni mucho menos, invencible.
Por sus enemigos.
Por sus ninjas. Sus ninjas eran lo más importante. Sin ellos, estaría perdido.
—¿Mi rival? —Datsue masticó aquellas palabras como si supiesen a mierda—. Veo que tu señor no te lo ha contado. Lo que significa enfrentarte a mí.
Iba a mostrárselo: las aspas de sus ojos giraron y giraron en un remolino hipnótico hasta convertirse en cuatro tréboles dorados alrededor de una estrella, donde el único carmesí existente provenía de la sangre derramada por ambos orbes. El Mangekyō Sharingan, la técnica ninja más aterradora de todo el puto universo. Con él, sería capaz de subyugar al mismísimo Kurama en su verdadera forma con una sola mirada.
—Verás, Raiden —dijo mientras el manto de Susano’o, la protección de un verdadero Dios, empezaba a formarse a su alrededor—. Tú hubieses sido un digno rival para mí hace años. Un buen rival, incluso —le concedió, cuando la última placa de la armadura terminó por recubrir su torso. Al contrario que el Susano’o de cualquier otro Uchiha, aquel no era un ente gigantesco, sino una armadura turquesa perfectamente ornamentada que cubría todo su cuerpo—. Si me hubieses pillado cuando salí del vientre de mi madre, quizá incluso hubieses tenido una oportunidad.
Colocó con una mano la máscara Tengu sobre su rostro, ocultando su cara monstruosa con otra demoníaca.
—¿Ahora? Ahora me servirás para limpiarme los dientes y dar ejemplo a los tuyos.
Objetos usados: Antídoto, Píldora estimuladora de sangre superior
¤ Susano'o: Tengu Senshi ¤ Tempestuoso Dios del Valor: Guerrero Tengu - Tipo: Ofensivo (contundente) / Defensivo - Rango: S - Requisitos:Uchiha 100, ambos Mangekyō Sharingan, (Nivel 40) - Gastos: 200 CK, +0'4X para regenerar una cantidad, para activar, se paga sólo la diferencia entre los gastos de activación utilizados anteriormente, incluyendo el de los brazos; de no haber diferencia o el gasto anterior supera éste, se activa sin gasto; 60 CK adicionales para dotar al guerrero de alas - Daños: (Daños de los brazos), (ver descripción) - Efectos adicionales: Defiende 250 PV, puede regenerarse X salud - Carga: 5 - Velocidad: Lenta (formación desde el esqueleto), Rápida (formación desde el medio cuerpo) - Alcance y dimensiones: -
Susano'o es la tercera y última habilidad concedida por el Mangekyō Sharingan a aquellos que han conseguido despertar las otras dos, en el ojo izquierdo y en el derecho. Esta técnica crea, por fases, un ente gigante y humanoide que rodea al usuario, y que se convierte en su deidad guardiana personal. Sin embargo, su uso prolongado consume la visión del Uchiha a velocidad elevada, y el gran coste de chakra que conlleva pone en peligro su vida.
Esta fase sólo ha sido alcanzada por auténticas leyendas dentro del clan, y generalmente es desconocida para la mayoría de sus miembros. Sólo un Uchiha con un gran poder es capaz de descubrir que puede romper los límites del Susano'o de medio cuerpo, y hacer crecer el resto de la armadura de su guerrero Tengu.
En la fase final del Susano'o, el usuario puede materializar la versión final con músculos y piel y un aspecto totalmente personalizado, que además vestirá ropas y camuflaje del aspecto de un guerrero Tengu, y poseerá piernas para moverse. El usuario flota en una joya que el Susano'o posee en la frente. Esta fase incluye los cuatro brazos, cuyo coste no es necesario activar. El Susano'o completo cubre al usuario enteramente, que estará situado en una joya que el guerrero vestirá en la frente. Además, perdidas en los anales de la historia, en manuscritos hundidos, existían canciones que cuentan de Uchiha capaces de equipar un par de alas a la técnica, y así poder maniobrar en el aire.
Una vez materializada esta fase, el usuario puede desmaterializarla y materializarla sin gasto con la resistencia que le quede, e incluso recurrir de nuevo a la fase de las costillas o al esqueleto de modo interpretativo, materializando el número de brazos que desee sin pagar de nuevo el gasto siempre que ya estén activados, pues se considera que la técnica está "activa". De hecho, el usuario, de forma offrol, puede decir que activa esta fase, y sólo sacar las costillas, o costillas con un brazo o dos, pero luego tener derecho a tener el resto activado en cualquier momento; el esqueleto, los músculos e incluso materializar y desmaterializar las armas. Abandonar el estado del Mangekyō, por supuesto, desactiva la habilidad.
Alterador (Tempestuoso Dios del Valor: Armadura): En vez de materializar un ente gigante, Datsue amolda la armadura de Susano’o a su propio cuerpo (bien sea el suyo o el de Shukaku, de estar en ese modo). La armadura es típica de un guerrero Tengu, protegiendo todo su cuerpo y con una máscara que cubre su rostro, y que de manera interpretativa puede quitarse. En esta forma se pierden los brazos, y las armas solo pueden invocarse de estar en modo Shukaku.
Además, si la armadura protege el cuerpo humano de Datsue, al ser mucho más pequeña, tanto el gasto como la defensa proporcionada es menor (60CK, 100PV), aunque su formación aumenta en velocidad (Moderada). Como en otras versiones, Datsue puede desmaterializar esta fase y materializarla sin gasto con la resistencia que le quede, e incluso pasar a otras fases (siempre pagando la diferencia de gasto).
Hitai-ate [cuello]
Chaleco militar (5/5)
Ōkina Hyōrōgan x1
Ōkina Chirōgan x1
A-ranku no Kibakudama x1
Esposas supresoras de chakra x1
Chīsana Makimono x1 ()
Portaobjetos básico (10/10)[costado derecho]
Hikaridama x1
Bomba sonora x1
Oto Fuda x1
Kunai x1
Shuriken x2
Hilo shinobi x1
Antídoto x1
Paquete de 5 senbon (3/5)
Etiqueta de sellado x1
Portaobjetos avanzado (7/10)[costado izquierdo]
Kunai x1
Shuriken x2
Paquete de 15 makabishi x1
Bomba de humo x1
Fuda Kami x1
Sello explosivo de rango A x1
Sellados en el cuerpo (6/7)
Kunai x1[palma derecha]
Sello explosivo de rango B x1 [palma izquierda]
Chūgata Makimono (Katon: Sogekihei Doragon y Fūton: Kazenami no Jutsu selladas) [dorsal de la mano derecha]
Ōkunai [dorsal de la mano izquierda][Reforjada con el Toque de Herrero]
Dai Shuriken [hombro izquierdo]
Tela de sellado [nuca]
Juego de ganzúas[interior dobladillo calzoncillo]
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Hana estaba arrodillada con solo barro pegadizo a su alrededor. Sus compañeros estaban con ella, intentando zafarse en vano de su encierro involuntario. Todos, excepto Datsue. Su Uzukage saltó sobre su muro hacia los meteoritos, sin un atisbo de duda, y con dos meros senbon destruyó ambos proyectiles.
No era otro nivel, era otro plano de existencia. Cayó sobre el muro de Doton de nuevo, como si aquello que acababa de hacer fuese lo normal para él, cuando ellos tendrían que haber usado poderosas técnicas para pararlos y él lo había hecho con dos senbon. Hana no podía despegar los ojos del brillante Carisma que desprendía Datsue, como una polilla hacia la luz.
No reaccionaría cuando éste acabase porque hubiese acabado, se habría quedado embelesada durante minutos enteros si no llega a ser por el fuerte impacto que destrozó su muro de doton. ¿Qué estaba pasando? ¿Donde estaban? Para cuando volvió a procesar la información normalmente ya tenía uno de los proyectiles encima suyo.
A pesar de que el haz de luz que le había golpeado en el abdomen no le había hecho demasiado daño, la mandó volando más allá del barranco. En el aire, vio la perspectiva del lugar, del que podría ser su último lugar. Sería ironico que la matase lo mismo que la había hecho volver, una estrella demasiado brillante para poder apartar la mirada de ella.
Sin embargo, la ironia tendría que esperar. Reaccionó tan rápido como pudo e hizo una cadena de tres sellos, extendiendo la mano hacia el suelo, donde ya no había pantano. Un chorro de lava salió disparado sin cortar contacto con su palma y adheriendose al suelo. Se impulsó para volver de nuevo al campo de batalla, parandose un segundo a comtenplar la situación y recuperar el aliento.
¤ Yōton: Moeru Muchi no Jutsu ¤ Elemento Lava: Técnica del Látigo Ardiente - Tipo: Apoyo - Rango: A - Requisitos:Yoton 25 - Gastos: 20 CK (divide regen. de chakra) - Daños: 10 PV - Efectos adicionales: Se puede usar como látigo o para unir dos objetos - Sellos: Caballo → Serpiente → Tigre - Velocidad: Muy Rápida - Alcance y dimensiones: El alcance máximo antes de que se solidifique es de 10 metros. El alcance del látigo es de dos metros
Es una técnica tan simple como versátil. El objetivo principal es crear un hilo de lava que acaba solidificándose en goma.
Sin cambiar esa base la técnica tiene tres usos:
El primero como un látigo de goma que causa 10 PV por latigazo, para ello, tras hacer los sellos, la lava saldrá de la palma del ejecutor hacia el aire para que no se enganche a nada y se solidifique en goma. El látigo requiere 30 de Destreza y 20 de Fuerza para usarse y tras golpear un máximo de tres veces se deshará. Medirá un máximo de dos metros.
El segundo es lanzar la lava desde la palma de la mano pero a un objeto en vez de al cielo. En este caso, se pueden coger objetos pequeños y atraerlos o si impacta contra una persona, impedir que se aleje. Si la Fuerza del rival sobrepasa el Poder del ejecutor, la goma se rompe. Durante el tiempo que dure la técnica, ambos no se pueden separar más que la distancia a la que impactó inicialmente. Si la diferencia entre ambos en Fuerza es mayor a 40, el que tenga más podrá tirar del contrario, desestabilizando pero inmediatamente la goma se deshará de la tensión.
El último uso es lanzar el hilo, enganchándolo a dos objetos para unirlos entre ellos. En este caso solo una Fuerza superior al Poder del ejecutor podrá separarlos. El hilo, a diferencia de los otros dos usos, no se mantiene y tras tres turnos se enfría y se deshace. Al menos uno de los dos objetivos debe estar en rango Cuerpo a Cuerpo con el ejecutor para poder engancharle el otro extremo del hilo. Al no poder mantenerse, no divide regeneración.
En el supuesto de que con el último uso se enganchen dos personas ajenas al creador de la técnica, se aplican las mismas normas que en el segundo uso.
En aquel lugar todo avanzaba a la velocidad del sonido, qué digo, de la jodida luz. Me sentía como el primer dia en la academia pero en aquella situación un error o un paso en falso era el equivalente a un viaje de ida hasta el Yomi. El Uzukage se avanzó a todos nosotros y con una simple técnica se deshizo de las dos esferas de lava que nos amenazaron. Mi sharingan, y de hecho, el ojo normal pudo ver la influencia de Shukaku en aquel manto de chakra.
«Ya empezaba a echarte de menos»
Se me dibujó una sonrisa bobalicona durante unos pocos segundos. Los segundos ne los que un tipo que se presentó como Raiden se dispuso a atacarnos a los más débiles. Aquella iba a ser la forma en la que iba a tratar de joder a Datsue y la expedición que quería asestar un golpe al terror que Kurama tenía pensado para Ōnindo.. Varios láseres de puro chakra salieron sobrevolando el ambiente y cada uno de ellos buscaba una de sus débiles victimas. Obviamente, uno de esos era yo y por si no fuese suficiente con aquel lodo que nos tenía presos y con la movilidad reducida por completo sentía que aquel Gokakyo me había fundido buena parte de mis reservas de chakra así que poc pude hacer más que recibir el inevitable impacto que me hizo volar hacía atrás un par de metros.
— Pensé que sería más doloroso. —dije a medida que me iba levantando, esta vez libre de ataduras, observando como la chica rubia ejecutaba una técnica también rara. «¿Tu también con la lava?»
Umi no tuvo tiempo para reaccionar, ni para ver siquiera qué había pasado exactamente. Sólo un resplandor azulado y un golpe electrizante en el pecho que despegó sus pies del barro y la mandó a volar hacia atrás... junto con su hermana Suzaku, que aún estaba atada a ella por la cintura. Pronto se vio descendiendo a toda velocidad, y el barranco rocoso frente a ella, dando vueltas.
—¡¡Suzaku, el kunai!! —La Uchiha agarró la cuerda y tiró de ella hacia abajo, para hacer que Suzaku se moviera de forma pendular acercándose a las rocas.
- PV:
154/170
– (-16)
- CK:
170/180
– (+20)
Portaobjetos básico (tras la cintura:(5/10)
- Shuriken (x5): 8 PV/corte superficial, 12 PV/corte e impacto directo
- Kemuridama (x1): 6 metros de humo gris durante 2 turnos