2/07/2022, 15:42
Hana estaba arrodillada con solo barro pegadizo a su alrededor. Sus compañeros estaban con ella, intentando zafarse en vano de su encierro involuntario. Todos, excepto Datsue. Su Uzukage saltó sobre su muro hacia los meteoritos, sin un atisbo de duda, y con dos meros senbon destruyó ambos proyectiles.
No era otro nivel, era otro plano de existencia. Cayó sobre el muro de Doton de nuevo, como si aquello que acababa de hacer fuese lo normal para él, cuando ellos tendrían que haber usado poderosas técnicas para pararlos y él lo había hecho con dos senbon. Hana no podía despegar los ojos del brillante Carisma que desprendía Datsue, como una polilla hacia la luz.
No reaccionaría cuando éste acabase porque hubiese acabado, se habría quedado embelesada durante minutos enteros si no llega a ser por el fuerte impacto que destrozó su muro de doton. ¿Qué estaba pasando? ¿Donde estaban? Para cuando volvió a procesar la información normalmente ya tenía uno de los proyectiles encima suyo.
A pesar de que el haz de luz que le había golpeado en el abdomen no le había hecho demasiado daño, la mandó volando más allá del barranco. En el aire, vio la perspectiva del lugar, del que podría ser su último lugar. Sería ironico que la matase lo mismo que la había hecho volver, una estrella demasiado brillante para poder apartar la mirada de ella.
Sin embargo, la ironia tendría que esperar. Reaccionó tan rápido como pudo e hizo una cadena de tres sellos, extendiendo la mano hacia el suelo, donde ya no había pantano. Un chorro de lava salió disparado sin cortar contacto con su palma y adheriendose al suelo. Se impulsó para volver de nuevo al campo de batalla, parandose un segundo a comtenplar la situación y recuperar el aliento.
— ¿Estáis todos bien?
No era otro nivel, era otro plano de existencia. Cayó sobre el muro de Doton de nuevo, como si aquello que acababa de hacer fuese lo normal para él, cuando ellos tendrían que haber usado poderosas técnicas para pararlos y él lo había hecho con dos senbon. Hana no podía despegar los ojos del brillante Carisma que desprendía Datsue, como una polilla hacia la luz.
No reaccionaría cuando éste acabase porque hubiese acabado, se habría quedado embelesada durante minutos enteros si no llega a ser por el fuerte impacto que destrozó su muro de doton. ¿Qué estaba pasando? ¿Donde estaban? Para cuando volvió a procesar la información normalmente ya tenía uno de los proyectiles encima suyo.
A pesar de que el haz de luz que le había golpeado en el abdomen no le había hecho demasiado daño, la mandó volando más allá del barranco. En el aire, vio la perspectiva del lugar, del que podría ser su último lugar. Sería ironico que la matase lo mismo que la había hecho volver, una estrella demasiado brillante para poder apartar la mirada de ella.
Sin embargo, la ironia tendría que esperar. Reaccionó tan rápido como pudo e hizo una cadena de tres sellos, extendiendo la mano hacia el suelo, donde ya no había pantano. Un chorro de lava salió disparado sin cortar contacto con su palma y adheriendose al suelo. Se impulsó para volver de nuevo al campo de batalla, parandose un segundo a comtenplar la situación y recuperar el aliento.
— ¿Estáis todos bien?