18/07/2022, 23:01
Fue Umi entonces la que pareció con la mirada perdida más allá de los ojos de Datsue, aunque le mantenía la mirada. Apretaba los puños con fuerza. Tenía los labios tan fruncidos que habían adoptado un color blancuzco, y ejercía tanta presión con su mandíbula que sus mejillas ardían con el carmesí de la Espiral.
—Si se lo dices... —comenzó. Nunca se había parado a pensar que esta situación pudiera llegar a tener lugar. ¿¡Decírselo!? ¿¡Él!? Esa puta rata...— Si se lo dices... si se lo dices... te ma... —Hasta ella tuvo que detenerse para no soltar aquello.
»Si se lo dices, y ella hace algo que le cause problemas... si le hacéis daño, por poco que sea... juro que te mataré, Uchiha Datsue —dijo, finalmente—. Te mataré. —Umi se dio la vuelta. Estaba dispuesta a irse. No podía aguantar más aquello.
Además, estaba llorando.
—Si se lo dices... —comenzó. Nunca se había parado a pensar que esta situación pudiera llegar a tener lugar. ¿¡Decírselo!? ¿¡Él!? Esa puta rata...— Si se lo dices... si se lo dices... te ma... —Hasta ella tuvo que detenerse para no soltar aquello.
»Si se lo dices, y ella hace algo que le cause problemas... si le hacéis daño, por poco que sea... juro que te mataré, Uchiha Datsue —dijo, finalmente—. Te mataré. —Umi se dio la vuelta. Estaba dispuesta a irse. No podía aguantar más aquello.
Además, estaba llorando.