19/08/2022, 16:56
El brazo de Doton fue capaz de destruir la roca y evitar daños mayores, sin embargo, no fue tan fuerte como para acabar de repeler el proyectil y parte de él siguió hacia Hana golpeandola.
En el suelo la esperaba el señor de las cuchillas y ella a duras penas pudo girar sobre si misma haciendo la única técnica en la que podía pensar en ese momento. En la palma de su mano empezó a acumularse chakra, como una voragine de energia descontrolada, pronto se materializó una bola e igual de rápido se tornó de un rojo brillante casi anaranjado.
Cuando la cuchilla fue a impactarla, se encontró con una violenta bola de lava que chocó con ella. Por culpa de ello, Hana no tuvo ningún control y aterrizó sobre el suelo de culo, quedando ligeramente aturdida.
Sin embargo, un zumbido que llevaba un rato escuchando se hizo más intenso y juraría que vio a Datsue seguido de un relampago morado aparecer. Un parpadeo más tarde, todos sus enemigos estaban en el suelo, inertes y cubiertos de sangre. Anonadada, se llevó una mano a la cara, donde la sangre aún caliente de sus enemigos la había salpicado.
Se levantó y miró alrededor, todos los ninjas de Kurama a los que se habían estado enfrentando estaban en el suelo. Datsue, tambaleandose, estaba enfrente de Suzaku.
— ¡Datsue, Suzaku! ¿Estáis bien? — preguntó acercandose sin dejar de prestar atención a los que seguían de pie.
Suzaku parecía estar gravemente herida y Datsue comiendose las consecuencias de su última técnica, mientras que ella apenas tenía dos rasguños y un par de golpes. Si algún peligro se cernía sobre ellos, tenía que estar allí para detenerlo. Por el camino recogería su Kodachi, que había caido a un lado y se prepararía para bloquear lo que fuese.
En el suelo la esperaba el señor de las cuchillas y ella a duras penas pudo girar sobre si misma haciendo la única técnica en la que podía pensar en ese momento. En la palma de su mano empezó a acumularse chakra, como una voragine de energia descontrolada, pronto se materializó una bola e igual de rápido se tornó de un rojo brillante casi anaranjado.
Cuando la cuchilla fue a impactarla, se encontró con una violenta bola de lava que chocó con ella. Por culpa de ello, Hana no tuvo ningún control y aterrizó sobre el suelo de culo, quedando ligeramente aturdida.
Sin embargo, un zumbido que llevaba un rato escuchando se hizo más intenso y juraría que vio a Datsue seguido de un relampago morado aparecer. Un parpadeo más tarde, todos sus enemigos estaban en el suelo, inertes y cubiertos de sangre. Anonadada, se llevó una mano a la cara, donde la sangre aún caliente de sus enemigos la había salpicado.
Se levantó y miró alrededor, todos los ninjas de Kurama a los que se habían estado enfrentando estaban en el suelo. Datsue, tambaleandose, estaba enfrente de Suzaku.
— ¡Datsue, Suzaku! ¿Estáis bien? — preguntó acercandose sin dejar de prestar atención a los que seguían de pie.
Suzaku parecía estar gravemente herida y Datsue comiendose las consecuencias de su última técnica, mientras que ella apenas tenía dos rasguños y un par de golpes. Si algún peligro se cernía sobre ellos, tenía que estar allí para detenerlo. Por el camino recogería su Kodachi, que había caido a un lado y se prepararía para bloquear lo que fuese.