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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#96
Aquella presencia que tan solo su propia existencia expelía era colosal frente a una chica tan frágil de mente como lo era Yuu en aquel momento. ¿Hasta dónde podría llegar a extender esa aura si hacía uso de su propio poder? ¿Y si a ello le sumara a Shukaku? Era una presencia auténticamente monstruosa, y eso la hizo comprender que nada ni nadie podía llegar a imitarlo, y que era la única persona en el mundo con esas capacidades.

S-Si... D-De acuerdo... — Añadió levantándose del suelo bastante intimidada.

Miró, sus propias manos, las cuales temblaban, completamente confundida, ahora que el mundo que ella misma había creado en sus pensamientos, seguramente eran tan solo una ilusión. Un reflejo en un espejo, y Datsue cogió la piedra más grande que encontró y la arrojó con saña contra el cristal. Todavía tenía que darle las gracias, aunque ella no lo supiera, pues podría haber reventado los restos que quedaban anclados al marco e incluso destrozar este a basa de patadas.

Por las manos de sus dedos cruzaron algunos de sus papeles, entrelazándose por los dedos y acariciando alguno su rostro.

Entonces... ¿Estos poderes son míos? ¿Yo soy quien hace esto? Me siento tan desorientada y confusa que no... No se que hacer. M-Me había mentalizado en hacerme fuerte para acabar con esto y... Pero si no existe... ¿Qué hago ahora con mi vida? ¿Cuál es mi objetivo?

No miraba a Datsue a la cara directamente, seguía observando los papeles de sus manos y parecía estar a punto de romper a llorar. Yuu no era estúpida, podía entender un poco lo que estaba pasando, ayudado de un intachable poder de convicción por parte de su Kage, tan solo seguía siendo una niña.
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Mensajes en este tema
RE: El escudo, las espadas y los cerezos silvestres - por Yamikami Yuu - 4/10/2022, 14:09


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