13/10/2022, 16:19
Aquella mañana pintaba de lo más relajada para Akira, un simple genin que estaba cumpliendo con sencillas labores administrativas a modo de misión. Llevaba poco menos de una hora abierto al público, pero ya tenía ganas de irse a por su segundo desayuno. Tenía el pelo oscuro y corto, y un rostro bastante normal que cualquier podría acabar olvidando si no tenía una relación profunda con él.
No fue hasta que se replanteó cruzar las piernas encima del escritorio y recostarse un poco sobre la silla que alguien hizo acto de presencia. Con el asiento algo reclinado, observo que una segunda persona entró detrás de la primera, ambas con la bandana. Irguió la silla antes de que cualquiera de las dos hubiera podido darse cuenta y acercó ligeramente la silla hasta su parte del mostrador.
— Buenos días — respondió ante su saludo. — Ya veo, ¿es para dos? Dejadme que le dé un vistazo — añadió alzando un poco la cabeza, para mirar directamente a Kimi.
Después, se retiraría dando un leve empujón con las manos a la mesa haciendo que las ruedas sonaran. Se acercó hasta un pequeño archivador, y empezó a rebuscar entre algunas carpetas.
No fue hasta que se replanteó cruzar las piernas encima del escritorio y recostarse un poco sobre la silla que alguien hizo acto de presencia. Con el asiento algo reclinado, observo que una segunda persona entró detrás de la primera, ambas con la bandana. Irguió la silla antes de que cualquiera de las dos hubiera podido darse cuenta y acercó ligeramente la silla hasta su parte del mostrador.
— Buenos días — respondió ante su saludo. — Ya veo, ¿es para dos? Dejadme que le dé un vistazo — añadió alzando un poco la cabeza, para mirar directamente a Kimi.
Después, se retiraría dando un leve empujón con las manos a la mesa haciendo que las ruedas sonaran. Se acercó hasta un pequeño archivador, y empezó a rebuscar entre algunas carpetas.