16/10/2022, 07:47
Cruzó la puerta y vio lo bonito que era aquel despacho, seguramente daba gusto trabajar en un lugar así. Aunque, con la cantidad de papeleo que tiene que manejar un Kage, quizá se lo pensaba unas cuantas veces. Allí sentado estaba el Rokudaime Uzukage. No sabía si era su voz o tan solo su porte, pero tenía un algo que le imponía bastante respeto, aunque no sabía bien que era. No era un típico fan, su forma de ser le ayudaba bastante a no obsesionarse con las personas. Pero si le hacía sentir algo de nervios su presencia.
—Buenos días, Uzukage-sama. Un gusto conocerle. — Dijo luego de cerrar la puerta. Después dio una reverencia. Formal, pero no tanto como para hacer sentir incómodo a nadie.
Tomó asiento, se cruzó de piernas, apoyó sus manos en las rodillas y, con algo de calma, pudo mostrarse más tranquilo ante él.
—Oh, ¿por mí? No... no lo sé la verdad. — Bajo ningún concepto creyó que la reunión era solo para eso. Lo tomó bastante desprevenido. —No me puedo quejar de nada. Casi que ni tuve problemas desde que vivo acá.
Por unos momentos se quedó pensativo, buscando en su memoria algún recuerdo que le diga lo contrario. Pero, sinceramente, no había nada que en verdad le moleste tanto como para que el mismísimo Datsue deba intervenir. Supuso que era algo más general, como si fuera una gran encuesta y así localizar problemas colectivos que tenían los ninjas en Uzu.
Desde su lado, no tenía nada que reprochar.
—Por ahora, vengo bastante encaminado con mi vida aquí y no hay nada que me esté molestando realmente. — Sonrió sin mostrar los dientes.
—Buenos días, Uzukage-sama. Un gusto conocerle. — Dijo luego de cerrar la puerta. Después dio una reverencia. Formal, pero no tanto como para hacer sentir incómodo a nadie.
Tomó asiento, se cruzó de piernas, apoyó sus manos en las rodillas y, con algo de calma, pudo mostrarse más tranquilo ante él.
—Oh, ¿por mí? No... no lo sé la verdad. — Bajo ningún concepto creyó que la reunión era solo para eso. Lo tomó bastante desprevenido. —No me puedo quejar de nada. Casi que ni tuve problemas desde que vivo acá.
Por unos momentos se quedó pensativo, buscando en su memoria algún recuerdo que le diga lo contrario. Pero, sinceramente, no había nada que en verdad le moleste tanto como para que el mismísimo Datsue deba intervenir. Supuso que era algo más general, como si fuera una gran encuesta y así localizar problemas colectivos que tenían los ninjas en Uzu.
Desde su lado, no tenía nada que reprochar.
—Por ahora, vengo bastante encaminado con mi vida aquí y no hay nada que me esté molestando realmente. — Sonrió sin mostrar los dientes.