22/10/2022, 20:58
Para cuando Hayato llegó a donde estaba Hana y se puso a inspeccionar que estaba bien, pudo dejar caer un suspiro de alivio. Después de todo, con semejante golpe, lo raro es que esa chica estuviese aún de una pieza. Parecía estar aún consciente, lo cuál era todo un alivio. Quizás de ahí a un rato, el dolor de la contusión se le hiciese casi insoportable. La verdad, sería raro que no tuviese al menos una o dos costillas fracturadas, por no decir rotas.
«Casi se la carga...»
La chica preguntó entonces qué había pasado, como si su memoria se hubiese evaporado con el mismo golpe. Había sido como cuando reinicias la computadora, el sistema parecía haberse reiniciado para evadir el dolor del golpe.
—No le ha hecho mucha gracia que vomitases encima suya... —Contestó no demasiado alto.
Entonces, volvió su mirada hacia el Shukaku, recibiendo respuesta a su inscripción. La bestia aún recordaba lo mal que lo pasó el chico en Amegakure, lo pésima que había sido su orientación fuera de su zona de confort. No le faltaba razón, lo mismo no regresaba a Uzu sin perderse un par de veces en el camino. Pero la verdad, eso importaba poco si buscaban una solución rápida, y eso era algo que a Hayato se le daba bien.
—Señor shukaku, ¿usted conoce esa técnica de sellado que mencionó una vez Datsue?. Dijo que había desarrollado una técnica para comunicarse a distancia mucho mejor que los comunicadores shinobis. Si me la pusiese, podría avisar de lo que veo sin necesidad de regresar rápido... en caso de perderme, no se perdería la información.
Del botiquín sacó un par de pastillas, una de esas que al parecer aliviaban el dolor. Al menos ese parecía ser su cometido. Sin demora, se las daría a Hana.
—Tómatelas cuando empiece a ser demasiado intenso el dolor. Puede... puede que tengas alguna fractura de costillas, y si no las tomas podría ponerse muy jodida la cosa.
«Casi se la carga...»
La chica preguntó entonces qué había pasado, como si su memoria se hubiese evaporado con el mismo golpe. Había sido como cuando reinicias la computadora, el sistema parecía haberse reiniciado para evadir el dolor del golpe.
—No le ha hecho mucha gracia que vomitases encima suya... —Contestó no demasiado alto.
Entonces, volvió su mirada hacia el Shukaku, recibiendo respuesta a su inscripción. La bestia aún recordaba lo mal que lo pasó el chico en Amegakure, lo pésima que había sido su orientación fuera de su zona de confort. No le faltaba razón, lo mismo no regresaba a Uzu sin perderse un par de veces en el camino. Pero la verdad, eso importaba poco si buscaban una solución rápida, y eso era algo que a Hayato se le daba bien.
—Señor shukaku, ¿usted conoce esa técnica de sellado que mencionó una vez Datsue?. Dijo que había desarrollado una técnica para comunicarse a distancia mucho mejor que los comunicadores shinobis. Si me la pusiese, podría avisar de lo que veo sin necesidad de regresar rápido... en caso de perderme, no se perdería la información.
Del botiquín sacó un par de pastillas, una de esas que al parecer aliviaban el dolor. Al menos ese parecía ser su cometido. Sin demora, se las daría a Hana.
—Tómatelas cuando empiece a ser demasiado intenso el dolor. Puede... puede que tengas alguna fractura de costillas, y si no las tomas podría ponerse muy jodida la cosa.