25/10/2022, 09:33
Era un poco difícil que no lo hubieras escuchado si pertenecías a Amegakure, y si tenías el más mínimo interés en el arte del Taijutsu también; cualquier luchador fuera de los ficticios muros que separaban los países habría escuchado ese apellido al menos una vez. Akira se sorprendió al escucharlo, arqueando ligeramente las cejas y abriendo los ojos, pausando su búsqueda en aquel mar de papeles.
— Bien, tened cuidado igualmente. Como se os caiga un paquete a las alcantarillas, ya podéis decir adiós; se convertirá en comida para los cocodrilos — añadió divertido, antes de volver a aquellas tareas administrativas.
El joven ninja, se maldeciría a lo largo del día por haber aceptado aquella misión. Era como si nadie trabajara allí, la mayoría de los papeles estaban en sitios que no correspondían o en su defecto tenían errores en todos lados. A lo mejor, aquel rumor de que los funcionarios no daban un palo al agua era más cierto que el de los caimanes y cocodrilos en el subsuelo de la aldea.
Cuando las jovenes kunoichis alcanzaran el distrito industrial, podrían observar que se movían entre grandes naves con techos triangulados. Estos servían para canalizar el agua que caía y encauzarla a las canaletas que; o bien se iban por el desagüe, o bien se utilizaba para generar energía o depurarla para beber. En cualquier caso, su objetivo sería uno de aquellos grandes almacenes, y según las indicaciones del mapa correspondería a una nave con un gigantesco "02" escrito sobre la pared que daba a la calle principal.
En su mayoría todos los almacenes estaban hechos de chapas metálicas bastante resistentes, con grandes y pesadas vigas de acero en su interior como estructura base. La tipografía de los números era bastante formal, y todas las naves del distrito compartían el mismo tipo de números en la chapa frontal. A su vez, había una gigantesca puerta de dos piezas y a su lado, o en una de estas mismas, una más pequeña del tamaño de una persona.
— Bien, tened cuidado igualmente. Como se os caiga un paquete a las alcantarillas, ya podéis decir adiós; se convertirá en comida para los cocodrilos — añadió divertido, antes de volver a aquellas tareas administrativas.
El joven ninja, se maldeciría a lo largo del día por haber aceptado aquella misión. Era como si nadie trabajara allí, la mayoría de los papeles estaban en sitios que no correspondían o en su defecto tenían errores en todos lados. A lo mejor, aquel rumor de que los funcionarios no daban un palo al agua era más cierto que el de los caimanes y cocodrilos en el subsuelo de la aldea.
Cuando las jovenes kunoichis alcanzaran el distrito industrial, podrían observar que se movían entre grandes naves con techos triangulados. Estos servían para canalizar el agua que caía y encauzarla a las canaletas que; o bien se iban por el desagüe, o bien se utilizaba para generar energía o depurarla para beber. En cualquier caso, su objetivo sería uno de aquellos grandes almacenes, y según las indicaciones del mapa correspondería a una nave con un gigantesco "02" escrito sobre la pared que daba a la calle principal.
En su mayoría todos los almacenes estaban hechos de chapas metálicas bastante resistentes, con grandes y pesadas vigas de acero en su interior como estructura base. La tipografía de los números era bastante formal, y todas las naves del distrito compartían el mismo tipo de números en la chapa frontal. A su vez, había una gigantesca puerta de dos piezas y a su lado, o en una de estas mismas, una más pequeña del tamaño de una persona.