26/10/2022, 00:44
Datsue asintió ante la pregunta de Hana. No eran las piernas las que le fallaban, sino su ojos. Le hubiesen venido bien unas pastillas para el dolor, como las que le dio Hayato a Hana. Pero eso quizá le nublaría la mente, y la necesitaba despejada.
Formó una tanda larga de sellos, y dirigió un dedo iluminado por un aura turquesa hacia el cuello de Hana. Con la yema, tocó la zona detrás de su oreja derecha. Surgió un kanji, a modo de tatuaje, que decía Hermandad —糸—. Escrito en pequeño al lado, el número cuatro.
—Te lo pongo a ti, Hana. Ya sabes cómo funciona la Hermandad Intrépida. —No había tiempo para explicárselo a Hayato, y aquel fūinjutsu gastaba demasiado chakra como para ponérselo a los dos en un lapso corto de tiempo—. No dejéis que os capturen. Volved a Uzu vivos y de una pieza. Es una orden.
Les dedicó una última mirada con su ojo entreabierto. Luego, torció la cabeza hacia las hermanas Uchiha.
—Umi, Suzaku… Luego hablaremos. Ahora es tiempo de correr.
Uno de sus brazos se volvió de arena, convirtiéndose en una garra gigantesca. El brazo de Shukaku al completo, una Transformación Parcial. Las agarró con toda la gentileza que pudo, elevándolas en el aire, y corrió hasta alejarse lo suficiente de Hayato y Hana. Lo suficiente como para que…
Como para que Shukaku volviese a tomar el control en su forma original sin aplastarles. Sin decir nada, Shukaku acercó la mano a su hombro para soltar a las dos kunoichis. Y, entonces…
Entonces empezó a correr. Aunque para juzgar su velocidad punta, uno tenía que compararlo con un ferrocarril y no con un ninja. Porque desde luego, cualquiera podría preguntarse si no irían más rápido encima de Shukaku que montados en un tren. Su velocidad era, sencillamente, inalcanzable para un mero mortal.
Formó una tanda larga de sellos, y dirigió un dedo iluminado por un aura turquesa hacia el cuello de Hana. Con la yema, tocó la zona detrás de su oreja derecha. Surgió un kanji, a modo de tatuaje, que decía Hermandad —糸—. Escrito en pequeño al lado, el número cuatro.
—Te lo pongo a ti, Hana. Ya sabes cómo funciona la Hermandad Intrépida. —No había tiempo para explicárselo a Hayato, y aquel fūinjutsu gastaba demasiado chakra como para ponérselo a los dos en un lapso corto de tiempo—. No dejéis que os capturen. Volved a Uzu vivos y de una pieza. Es una orden.
Les dedicó una última mirada con su ojo entreabierto. Luego, torció la cabeza hacia las hermanas Uchiha.
—Umi, Suzaku… Luego hablaremos. Ahora es tiempo de correr.
Uno de sus brazos se volvió de arena, convirtiéndose en una garra gigantesca. El brazo de Shukaku al completo, una Transformación Parcial. Las agarró con toda la gentileza que pudo, elevándolas en el aire, y corrió hasta alejarse lo suficiente de Hayato y Hana. Lo suficiente como para que…
¡¡¡PLUUFFF!!!
Como para que Shukaku volviese a tomar el control en su forma original sin aplastarles. Sin decir nada, Shukaku acercó la mano a su hombro para soltar a las dos kunoichis. Y, entonces…
Agilidad 170
Entonces empezó a correr. Aunque para juzgar su velocidad punta, uno tenía que compararlo con un ferrocarril y no con un ninja. Porque desde luego, cualquiera podría preguntarse si no irían más rápido encima de Shukaku que montados en un tren. Su velocidad era, sencillamente, inalcanzable para un mero mortal.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado