29/10/2022, 10:38
El dúo enemigo parecía seguir discutiendo sobre si quedarse y seguir buscando la pulsera de plata que habían perdido, o si debían irse para no enfadar a ese tal Ruhara. Aunque si bien discernían en opiniones, uno de ellos parecía tener bien claro que estaba amaneciendo, y que si no estaban de regreso pronto, lo lamentarían. El que quería seguir buscando suplicó por unos minutos más de tiempo, pues esa pulsera parecía ser muy importante para él. Sin embargo, el otro soldado tenía bien claras sus prioridades, y la pulsera no era una de ellas. El par de shinobis retrocedieron, siguiendo sus propios pasos de vuelta.
Tan pronto como se fueron, o al menos se alejaron un poco, Hana inquirió que debían trazar un plan. Incluso se levantó del suelo, algo confiada de que no pudiesen verla desde donde ya se encontraban los enemigos. Estaba embarrada hasta la coronilla, lo cuál hizo al Senju comprender que él también lo iba a estar. No había caído previamente en eso, pero realmente, a éstas alturas... como que no importaba demasiado.
Habían cosas más importantes, y tal y como esos soldados habían hecho ante ellos, debían centrarse.
Siete se levantó también, intentando ser no demasiado ruidoso. Se pasó la mano por el mentón, meciéndola de lado a lado de éste en lo que miraba al horizonte, concretamente hacia donde los shinobis del copo se habían ido. —No podemos preguntarles qué van a hacer, pero podemos seguirlos cautelosamente, tratando de ser lo que somos: Shinobis. Hana, creo que lo que debemos hacer es seguirlos, y averiguar dónde están y qué hacen. No me gustaría morir, ni exponerme de manera estúpida, pero tan solo tenemos que hacer una cosa... informar. No somos más que un par de genins, no podemos hacerles frente. Pero la información es de vital importancia.
»Si tienes otra idea en mente, soy todo oídos.
Tan pronto como se fueron, o al menos se alejaron un poco, Hana inquirió que debían trazar un plan. Incluso se levantó del suelo, algo confiada de que no pudiesen verla desde donde ya se encontraban los enemigos. Estaba embarrada hasta la coronilla, lo cuál hizo al Senju comprender que él también lo iba a estar. No había caído previamente en eso, pero realmente, a éstas alturas... como que no importaba demasiado.
Habían cosas más importantes, y tal y como esos soldados habían hecho ante ellos, debían centrarse.
Siete se levantó también, intentando ser no demasiado ruidoso. Se pasó la mano por el mentón, meciéndola de lado a lado de éste en lo que miraba al horizonte, concretamente hacia donde los shinobis del copo se habían ido. —No podemos preguntarles qué van a hacer, pero podemos seguirlos cautelosamente, tratando de ser lo que somos: Shinobis. Hana, creo que lo que debemos hacer es seguirlos, y averiguar dónde están y qué hacen. No me gustaría morir, ni exponerme de manera estúpida, pero tan solo tenemos que hacer una cosa... informar. No somos más que un par de genins, no podemos hacerles frente. Pero la información es de vital importancia.
»Si tienes otra idea en mente, soy todo oídos.