20/12/2022, 13:27
—Criminal de alto rango. Peligroso. El que llevó a Uchiha Zaide al estadio del Valle de los Dojos. Sushi, le arrancó el brazo a Hanabi. —Resumió Umi, callando de una bofetada las exclamaciones de Suzaku.
Tal fue el impacto de las revelaciones, que la pelirrosa ni siquiera protestó porque Umi se empeñara en llamarla "Sushi" aún cuando sabía que odiaba aquel nombre con todas sus fuerzas. En su lugar, sus ojos viajaron de su hermana a Uchiha Akame de nuevo. No había reconocido su nombre ni su rostro, pero de ninguna manera podría olvidar lo que ocurrió en el estadio. Aún tenía pesadillas con aquellas imágenes: de las ruinas del estadio que había albergado aquel torneo, de los chillidos aterrados de la gente, de la sangre derramada...
Mientras tanto, el criminal y el Uzukage seguían hablando:
—¿Qué te dicen tus ojos? —decía Akame, con una media sonrisa ácida—. No es un favor lo que te propongo, sino un acuerdo. Yo os llevaré a Uzushiogakure no Sato ahora mismo, y a cambio... —A Suzaku le pareció percibir que la voz le temblaba durante un instante, pero fue tan fugaz que no pudo sino preguntarse si no lo habría imaginado— ... a cambio sólo quiero verla una última vez.
«¿Ver la aldea una última vez?» Se preguntó Suzaku, extrañada. ¿Acaso Akame se arrepentía de sus actos y deseaba ver su hogar una última vez?
La oferta quedó en el aire durante unos instantes que se hicieron eternos. Finalmente, y tras un último intercambio de miradas con las dos hermanas, el Uzukage respondió:
—Está bien, Uchiha Akame. Acepto tu oferta —dijo, para la estupefacción de Suzaku y Umi, que se habían quedado con los ojos abiertos como platos—. La verás una última vez, y después… Bueno, mucha fe debes tener si piensas que sobrevivirás a lo que vendrá después.
—¡Uzukage-sama! —exclamó Suzaku, incapaz de contenerse. Sus ojos estaban llenos de rabia y sus puños, apretados a sus dos costados, hablaban por sí mismos: No estaba de acuerdo con esa decisión, por mil y una razones. Pero todas ellas se podían resumir en una sola—: ¡Ese... tío le arrancó el brazo a Godaime-sama! ¡No deberíamos atender sus exigencias! ¡Oblígale a hacerlo y ya está!
Tal fue el impacto de las revelaciones, que la pelirrosa ni siquiera protestó porque Umi se empeñara en llamarla "Sushi" aún cuando sabía que odiaba aquel nombre con todas sus fuerzas. En su lugar, sus ojos viajaron de su hermana a Uchiha Akame de nuevo. No había reconocido su nombre ni su rostro, pero de ninguna manera podría olvidar lo que ocurrió en el estadio. Aún tenía pesadillas con aquellas imágenes: de las ruinas del estadio que había albergado aquel torneo, de los chillidos aterrados de la gente, de la sangre derramada...
Mientras tanto, el criminal y el Uzukage seguían hablando:
—¿Qué te dicen tus ojos? —decía Akame, con una media sonrisa ácida—. No es un favor lo que te propongo, sino un acuerdo. Yo os llevaré a Uzushiogakure no Sato ahora mismo, y a cambio... —A Suzaku le pareció percibir que la voz le temblaba durante un instante, pero fue tan fugaz que no pudo sino preguntarse si no lo habría imaginado— ... a cambio sólo quiero verla una última vez.
«¿Ver la aldea una última vez?» Se preguntó Suzaku, extrañada. ¿Acaso Akame se arrepentía de sus actos y deseaba ver su hogar una última vez?
La oferta quedó en el aire durante unos instantes que se hicieron eternos. Finalmente, y tras un último intercambio de miradas con las dos hermanas, el Uzukage respondió:
—Está bien, Uchiha Akame. Acepto tu oferta —dijo, para la estupefacción de Suzaku y Umi, que se habían quedado con los ojos abiertos como platos—. La verás una última vez, y después… Bueno, mucha fe debes tener si piensas que sobrevivirás a lo que vendrá después.
—¡Uzukage-sama! —exclamó Suzaku, incapaz de contenerse. Sus ojos estaban llenos de rabia y sus puños, apretados a sus dos costados, hablaban por sí mismos: No estaba de acuerdo con esa decisión, por mil y una razones. Pero todas ellas se podían resumir en una sola—: ¡Ese... tío le arrancó el brazo a Godaime-sama! ¡No deberíamos atender sus exigencias! ¡Oblígale a hacerlo y ya está!