11/03/2023, 21:12
En el mismo momento en que puso un pie fuera de Los Herreros, los humanos se esfumaron por completo. No había una sola alma en aquellas bastas llanuras que rodeaban el lugar. Aunque de vez en cuando se cruzaba con un conejo o una liebre que pasaba a toda velocidad de un lado a otro, seguramente para pedirle sal al vecino.
Tras un par de horas de viaje llegó a lo que parecía ser la aldea, más que nada porque era el único asentamiento que se había encontrado hasta ahora. Sin embargo, no había ni rastro de ninguna cascada. Lo que había era unas cuantas casas al final de unos campos sembrados. Una de ellas era de dos pisos y bastante cuidada, con un cartel de que clamaba Posada Versa.
Las casas eran bastante tradicionales, muy diferentes a las que habían en Amegakure que eran todas de hierro y duro cemento. Lo más significativo es que la mayoria tenían las puertas y ventanas abiertas de par en par, con algunos corrales con animales plumiferos. Había un par de niños en la puerta de la posada y algunos granjeros en los campos, pues había llegado pronto y aún había luz para poder trabajar.
Tras un par de horas de viaje llegó a lo que parecía ser la aldea, más que nada porque era el único asentamiento que se había encontrado hasta ahora. Sin embargo, no había ni rastro de ninguna cascada. Lo que había era unas cuantas casas al final de unos campos sembrados. Una de ellas era de dos pisos y bastante cuidada, con un cartel de que clamaba Posada Versa.
Las casas eran bastante tradicionales, muy diferentes a las que habían en Amegakure que eran todas de hierro y duro cemento. Lo más significativo es que la mayoria tenían las puertas y ventanas abiertas de par en par, con algunos corrales con animales plumiferos. Había un par de niños en la puerta de la posada y algunos granjeros en los campos, pues había llegado pronto y aún había luz para poder trabajar.