13/03/2023, 21:07
— No pasa nada. — la tranquilizó el tabernero, pero antes de darse cuenta, la chica ya estaba dirigiendose a la puerta. — ¡También tenemos una posada por si necesitas pasar la noche!
No pudo hacer más que suspirar al ver a su última clienta desaparecer por el marco de la puerta. Tendría que preguntar por quien había tenido los cojones de gastarle semejante broma a una kunoichi de Amegakure. Suerte que había sido una tranquila o toda la aldea estaría en llamas ya.
En su camino de salida, Ren no tendría problema en ver como los niños la seguían durante un rato, hasta que alcanzase los exteriores del pequeño poblado. A partir de ahí, los chiquillos solo la verían irse con pena.
Finalmente, se decidiría por ir a ver la legendaria cascada. Estaba bastante alejada del pueblo, como si no fuese un lugar de buen augurio. No tardaría en oír el fuerte estruendo del agua cayendo de forma constante y violenta. Al asomarse por una pequeña colina, podría verla.
No era una cascada grande. Apenas tenía un salto de cinco metros de altura y caía sobre un lago... Aunque realmente no. Si se fijaba detenidamente, Ren podría percatarse que la cascada caía a través del lago. Parecía ser que el lago que rodeaba el lugar y la cascada no estaban conectados directamente, sino que el agua de la cascada caía por un agujero que había en medio de lago.
Aquello hacía un efecto visual curioso. El agua estancada y tranquila del lago reflejaba la cascada, como si de un espejo se tratase, dando la sensación de que el agua subía en vez de bajar. Había un pequeño monticulo en uno de los laterales del lago que se alzaba hacia la cascada, quedando a un par de metros de ella.
El lago tenía cinco metros de radio y hacia media circumferencia desde la pared de la cual caía la cascada, que tenía unos tres metros de ancho. Ésta no nacía de un rio superficial sino que salía de la misma pared de piedra y se precipitaba al vacio.
No pudo hacer más que suspirar al ver a su última clienta desaparecer por el marco de la puerta. Tendría que preguntar por quien había tenido los cojones de gastarle semejante broma a una kunoichi de Amegakure. Suerte que había sido una tranquila o toda la aldea estaría en llamas ya.
En su camino de salida, Ren no tendría problema en ver como los niños la seguían durante un rato, hasta que alcanzase los exteriores del pequeño poblado. A partir de ahí, los chiquillos solo la verían irse con pena.
Finalmente, se decidiría por ir a ver la legendaria cascada. Estaba bastante alejada del pueblo, como si no fuese un lugar de buen augurio. No tardaría en oír el fuerte estruendo del agua cayendo de forma constante y violenta. Al asomarse por una pequeña colina, podría verla.
No era una cascada grande. Apenas tenía un salto de cinco metros de altura y caía sobre un lago... Aunque realmente no. Si se fijaba detenidamente, Ren podría percatarse que la cascada caía a través del lago. Parecía ser que el lago que rodeaba el lugar y la cascada no estaban conectados directamente, sino que el agua de la cascada caía por un agujero que había en medio de lago.
Aquello hacía un efecto visual curioso. El agua estancada y tranquila del lago reflejaba la cascada, como si de un espejo se tratase, dando la sensación de que el agua subía en vez de bajar. Había un pequeño monticulo en uno de los laterales del lago que se alzaba hacia la cascada, quedando a un par de metros de ella.
El lago tenía cinco metros de radio y hacia media circumferencia desde la pared de la cual caía la cascada, que tenía unos tres metros de ancho. Ésta no nacía de un rio superficial sino que salía de la misma pared de piedra y se precipitaba al vacio.