— Has conocido a Tsuki ¿no? ¿Sigues pensando que puedes ganar contra ella? ¿Habéis practicado?

— No, solo hemos cruzado un par de p-palabras — su voz tembló al fina; con una pierna, hacia fuerza contra el borde de la mesa, quedando solo sobre dos patas la silla suspendida, pero muy cerca del suelo. — Desde pequeña me entrené con mi abuelo; al fin y al cabo pasaba mucho tiempo con ellos... — comentó con un tono algo apenado. — Prácticamente no he perdido ningún combate, y he ganado algún torneo de a los que me he presentado.

Tenía ahora las manos metidas en los bolsillos, y con la mirada algo perdida.

— No, solo hemos cruzado un par de p-palabras

Parecía que habían hecho más que cruzar un par de palabras, Ai le había comentado que se habían puesto raras. No sabía como interpretar eso viniendo precisamente de Ai. Hana se había esperado más una pelea de hembras alfa que otra cosa. Sin embargo, cuando ella misma había entrado en el dojo, Tsuki parecía la mar de tranquila y Ren un amasijo de nervios.

¿Le habría encontrado Tsuki el punto débil a Ren? Hana sabía que la mayor se dedicaba a intimidar a todos y cada uno de los miembros de su club para ver como reaccionaban, pero no sabía como iba a reaccionar Ren, ni como iba a resultar su combate.

— Desde pequeña me entrené con mi abuelo; al fin y al cabo pasaba mucho tiempo con ellos... Prácticamente no he perdido ningún combate, y he ganado algún torneo de a los que me he presentado.

Si eran torneo a los que cualquiera puede presentarse, no sería muy competitivo, pero no iba a decir eso en voz alta cuando Ren estaba recordando a su abuelo con un tono triste. Hana veía a donde iba eso.

— No creo que tengas problemas en entrar en el club, muchos de los integrantes se graduaron el año pasado. Pero no me has contestado, ¿piensas que ganarias contra Tsuki?

Acabó su bento y lo cerró, guardando con cuidado los palillos en el interior. Su atención pasó completamente a Ren, observandola con cuidadoso detalle.

— No creo que tengas problemas en entrar en el club, muchos de los integrantes se graduaron el año pasado. Pero no me has contestado, ¿piensas que ganarías contra Tsuki?

— P-Pues claro que sí — se llevó rápido una botella de agua a la boca, y desvió la mirada; por suerte la campana sonó en ese justo instante y ni corta ni perezosa, se apresuró a recoger el bento para llevárselo. — E-Estaba todo muy bueno, d-démonos prisa.

Cuanto más pensaba en aquella chica, más se le aceleraba el corazón.

— P-Pues claro que sí. E-Estaba todo muy bueno, d-démonos prisa.

No parecía tan convencida como intentaba venderse, pero Hana lo dejó pasar. No iba a sacarle nada y ya había sonado la campana. Recogió todo y se dirigió a clase, cerrando el aula del consejo al salir.

Después de dos horas de clase, volvería a la sala del consejo. Tendría que esperar a que acabasen las pruebas para futbol, que por suerte, ella no tenía que supervisar, pero sí tenía que asegurarse de que los resultados fuesen correctos y nada estuviese fuera de donde tocaba. Ren ya le había dicho que iba a ir al club de kendo al acabar, pero no le había dicho nada sobre la vuelta a casa. Por suerte, tenía llave ahora, así que no tendría que preocuparse de que fuese tan idiota de quedarse en la calle.

Ensimismada en sus pensamientos sin apartar la mirada de la mesa, las horas pasando volando; y cuando acabaron las clases le costó ponerse en orden. Hana yá se había marchado y las pruebas de Kendo no serían hasta el miercoles; recogió sus cosas y deambulo un poco por el edificio, hasta llegar al exterior.

Observó el pequeño edifcio que estaba destinado al Kendo en la escuela, desde el marco de una de las sallidas; realmente se salía del paisaje, pero si era de lo que más renombre y prestigio le daba al instituto, era normal que se destinara más recursos hasta ellos. ¿Y Tsuki? ¿Estará allí? Se preguntó volviendo a ponerse nerviosa. Ya ni recordaba que Ai en todo momento había llevado pantalones aquel día.

Ren sentiría unos brazos alrededor de la cintura estrechandola con delicadeza y un susurro en el oído.

— O-nee-chaaaan.

Hana apoyaría la barbilla sobre su hombro gracias a estar de puntillas, pero no aguantaría más que unos segundos antes de tener que separarse de su hermanastra. Se reiría un rato, contenta por habersela devuelto.

— ¿Qué haces aquí? ¿No ibas a ir al club? — se paró un momento volviendo a reirse por lo bajo. — ¿Tienes miedo de Tsuki? La gran Ren tiene miedo.

— O-nee-chaaaan.

El aire en su oreja al pronunciar las palabras hizo que se estremeciera un poco, hasta que está la soltó para darse la vuelta.

— ¿Qué haces aquí? ¿No ibas a ir al club? — se paró un momento volviendo a reírse por lo bajo. — ¿Tienes miedo de Tsuki? La gran Ren tiene miedo.

— ¿Q-Q-Quien? ¿Y-Yo? N-Ni por asomo. Simplemente te estaba esperando para volver a casa — dijo cruzandose de brazos enojada y reafirmando posteriormente la pequeña mentira que uso de coartada. — ¿A-Así que ya has terminado? ¿N-Nos vamos entonces?

— ¿Q-Q-Quien? ¿Y-Yo? N-Ni por asomo. Simplemente te estaba esperando para volver a casa. ¿A-Así que ya has terminado? ¿N-Nos vamos entonces?

— Oh.

Hana se quedó helada en el sitio, juraría que su corazón hizo parkour para saltarse un par de latidos. ¿La estaba esperando? ¿A ella? Ahora tenía llave, no tenía motivo alguno para esperarla, pero lo había hecho igual.

— C-claro, dame un momento que subo a por mis cosas y vamos juntas, a casa.

Era precisamente el nerviosismo de Ren lo que lo había hecho creible, si lo hubiese dicho con su actitud habitual hubiese pensado que la estaba vacilando como siempre. En realidad, solo había bajado del piso de arriba para comprarle la barrita de chocolate que le había prometido a Ai. Subió, le dio la barrita a Ai y le pidió que se encargase ella del papeleo de aquel día.

Después volvió a bajar, esta vez con su maletin y la bolsa de los bentos.

— ¿Quieres parar a por un helado?

— ¿Quieres parar a por un helado?

— ¡Vamos a ello! — dijo tomándole la delantera

Todavía hacia algo de frío, pero Ren era de esas personas a las que le encantaba un buen helado sin importar la época del año; de hecho hizo que se olvidara por completo de Tsuki, aquel lado amable de Han aparecía haber vuelto; y no lo pensó dos veces para aceptarle la invitación. Mientras disfrutaba de su tarrina de sabor de tarta de queso, Ren se veía pensativa mientras miraba a Hana. ¿Se comportaba así solo en la escuela? No, no era eso, porque el día y la noche anterior se había comportado tan borde como siempre.

— ¡Vamos a ello!

Asintió y ambas se pusieron rumbo a la heladería más cercana.

Ciertamente era raro salir por ahí con Ren, la persona que más nerviosa la ponía sobre la faz de la Tierra. Sin embargo, no podía negarle nada cuando se ponía en plan inocente y se lo pedía bien, en comparación a cuando actuaba como que todo era suyo y no tenía que responder ante nadie. Le agradaba tanto como le disgustaba que la tratase como si fuese una chica más. Estaba bien en la calle, pero era realmente molesto en el instituto.

En fin, llevaban unos buenos minutos de silencio y Hana no tenía ni idea de qué decir. No quería volver a sacar el tema de Tsuki, le dolía que ella le hubiese impactado tanto cuando ella tenía supuestamente más autoridad y la había tratado como una cualquiera desde el día uno. Mientras se comía su cono de dos bolas de chocolate y platano se percató de que Ren la miraba, mucho. ¿Se habría manchado?

— ¿Qué... qué pasa? ¿Me he manchado? No me digas que me he manchado, que solo tengo un uniforme. — se miró de un lado a otro en busca de la mancha.

¿Por qué iba a mirarla tanto Ren sino?

— ¿Qué... qué pasa? ¿Me he manchado? No me digas que me he manchado, que solo tengo un uniforme. — se miró de un lado a otro en busca de la mancha.

No respondió ante aquella pregunta, porque realmente no la había escuchado, seguía abstraída en sus pensamientos. Aquella faceta de Hana le agradaba, de hecho tan dulce y amable con ella le resultaba tan atractivo que cuando la Tsuki la pisoteó con aquellas palabras. Pero, si podía realmente llegar a salir con una de ellas ¿A quién elegiría? Con Hana estaría demasiado mal visto, aunque no fueran hermanas de sangre resultaba extraño, puede que solo fuera amable con ella porque por algunos instantes recordaba el lazo que ahora las unía. Con Tsuki sin embargo... ¿Pero realmente estaba saliendo con alguien? El corazón y su mente no dejaban de darle vueltas.

Ren no parecía muy predispuesta a dar conversación así que Hana lo dejó estar. Se comieron el helado sin decir mucho más y después se fueron a casa. Una vez en casa, Hana se puso al día con Ai sobre como había ido todo y Ren hizo lo que quisiese Dios que hiciera mientras su hermanastra levantaba el país.

Por la noche durmieron sin decir mucho más, lo cual fue raro por lo menos para Hana, acostumbrada a sus peleas nocturnas. Ren estaba terriblemente tranquila. La mañana siguiente, Hana decidió dejarla dormir más, yendose ella delante y dejandole un despertador que sonaría media hora después.

Para cuando se despertase, ya no quedaría ni el calor en el otro lado de la cama.

Hasta que no se enfrento a las sabanas de la cama, no había vuelto a pensar en su problema. Por suerte Ai estaba descartada, daba igual lo buena que fuera luego con ella, ahora su voz aguda voz le reventaba en tímpano solo de escucharla; y eso que no había pasado ni una hora en todo el dia con ella.

Se sentía realmente agotada moral y anímicamente, pero le costó conciliar el sueño en la noche, aún cuando se quedaba embobada mirando a Hana dormir y acercándose sutilmente a ella para sentir el calor de su cuerpo y aroma.

A la mañana siguiente, despertó cuando al girarse intentó buscar Hana, y en su lugar sus manos solo encontraron las arrugas que había dejado tiempo atrás en sus sabanas.

¿Que debería hacer? Empezaba a molestarle estar en continua confusión; ni si quiera la música que intentaba escuchar con sus cascos conseguía tranquilizarla.

De camino al instituto tendría que pararse en varios semáforos, con otro montón de gente a los lados. En uno de esos parones, se daría cuenta de quien tenía al lado. Era la misma chica que el día anterior la había llamado de todo, a esa misma hora a decir verdad. Ai estaba a su lado bebiendo de un brick de leche chocolateada.

La chica pareció darse cuenta de la presencia de Ren al mismo tiempo y la saludó con una sonrisa algo tímida. Esperó a que la morena se quitase los auriculares para hablar.

— Hey... Ren-chan... Siento mucho lo de ayer, Hana ya me regañó así que si podemos olvidarlo, te lo agradecería. ¿Podemos empezar de cero? Si no lo haces por mí, hazlo por ella. — parecía profundamente avergonzada y arrepentida.

[sub]— Hey... Ren-chan... Siento mucho lo de ayer, Hana ya me regañó así que si podemos olvidarlo, te lo agradecería. ¿Podemos empezar de cero? Si no lo haces por mí, hazlo por ella.[sub]

En parte tenía razón; y puede que Ren se excediera un poco con las burradas que soltó el día anterior. Y hacerlo por Hana... Era una razón de peso para ella, por un momento le vino a la mente la sonrisa de su hermana, y sus cabellos rubios.

— De acuerdo, no pasa nada; yo también me pasé un poco ayer... Todo queda perdonado — añadió con una simple sonrisa.